11.
Cuando bajé del avión
llevaba dos dÃas sin dormir.
La mujer policÃa
me recibió con pinzas y lupa;
me metió en un privado
y comenzó a revisar mi maleta.
Era humillante
verla examinar mis calcetines,
mi talco para los pies,
mi libro de Céline.
Después de un rato la mujer policÃa me miró directo a los ojos,
me empaló con los ojos como si fuera yo una boleta
y declaró que no estaba satisfecha.
— ¿Sabes por qué?
— No, señora.
— Porque me pareces sospechoso. Creo que escondes algo.
— No, señora, no escondo nada, nada que tenga importancia para usted.
Mis maestros decÃan lo mismo y también mi padre. Pero es sólo que parezco
sospechoso porque tengo miedo de parecer sospechoso.
— ¿Qué significa eso?
— Significa que no he dormido bien porque no conozco a nadie y ya no
sé por qué compré el boleto. No sé a qué vengo y traigo muy poco dinero.
Necesito encontrar trabajo.
Me siguió mirando a los ojos.
Yo no sabÃa dónde poner los mÃos.
Casi por reflejo,
sin pensarlo bien,
le pregunté
si era difÃcil ser policÃa.
Ella me lanzó una mirada
llena de colmillos.
15.
Jack nunca fue mi amigo.
Jack me tenÃa una marcada antipatÃa.
“Tenemos un nuevo inquilino en el piso.
Es un marica universitario.
Es como tú, Ed.”
“Yo nunca he ido a la Uni, Jack.”
“No hablo de eso.”
“Yo no soy homosexual, Jack.”
“Tienes boca de homosexual.”
Aquel comentario me tomó por sorpresa.
Tardé un momento en responder.
“Bueno, mi vocabulario es extenso. Me gustan los libros.”
“No estoy hablando de tu jodido vocabulario.”
Dos dÃas más tarde
acabé haciéndome amigo
del marica universitario.
Era más bonito que todas las mujeres
que vivÃan en el Hotel Hastings.
Casi al final de su estancia
intentó besarme.
Lo rechacé de la manera más amable.
“Yo no soy homosexual, Jake.”
Pero él no parecÃa convencido.
Me hizo entender sin tapujos
que le habÃa hecho yo perder su tiempo.
28.
Jorge Jalisco era un tipo
de edad media
y cuerpo de ropero.
Igual que ciertos roperos,
Jorge estaba lleno de
mierda obsoleta.
ParecÃa molesto
de que yo estuviera vivo
y presente.
Me hizo una serie
de preguntas básicas.
Al concluir
me dijo que me presentara a la mañana siguiente
en tal y cual dirección
y que estuviera listo para
“trabajar como los hombres”.
Luego me preguntó a bocajarro
si tenÃa hambre.
De hecho
yo llevaba más de un dÃa
sin probar bocado
porque me rehusaba a vender mi copia de
Spiderland
(mi disco favorito).
Le dije que para ser honesto
sÃ
tenÃa bastante hambre.
“Bien”, dijo Jorge Jalisco.
“El hambre
te hará bien.
Estás demasiado
afeminado.”
32.
¡Bob!
Te doy las gracias.
En el trabajo eres
la única persona
por debajo de mÃ.
Cuando estás presente
todas las burlas van contra ti
y yo puedo estar en paz
un rato.
Tu boca de 3 dientes
dice cosas insólitas
y el trabajo que cuesta
entenderlas
hace que el tiempo
pase más rápido.
Eres una ardilla aplastada
a la mitad del camino,
Bob,
lo digo con mucho
cariño,
eres una ardilla aplastada
que se levanta y sigue con su vida
como si nada,
como si nada nunca ya
pudiera hacerle daño.
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