Poesía completa de Rimbaud, Baudelaire, Hölderlin y selección de Mallarmé en blingüe





Los autores identificados bajo el apelativo de "poetas malditos" fueron el máximo  exponente del artista bohemio, decadente y profundamente crítico con la sociedad de  su tiempo.

En lo formal se caracterizan por la adopción del verso libre: los poetas dejaban así  de estar sujetos a las normas de la métrica; estaban más interesados en percibir la  realidad a través de los sentidos y en transformarla en poemas llenos de símbolos,  sugerencias y resonancias musicales. De ahí que sean llamados simbolistas.

Viven al día y sienten un desmesurado hastío, una viva repulsión por todo lo que  signifique conformismo y tradición. 

Llevan una vida bohemia, rechazan las normas establecidas (tanto las reglas del arte como los convencionalismos sociales) y desarrollan un arte libre o provocativo,  teniendo vidas trágicas y entregados con frecuencia a tendencias autodestructivas;  todo esto como consecuencia de sus dones literarios. 


Digo que hay que ser vidente, hacerse vidente. El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura; busca por sí mismo, agota en sí todos los venenos, para no quedarse sino con sus quintaesencias. Inefable tortura en la que necesita de toda la fe, de toda la fuerza sobrehumana, por la que se convierte entre todos en el enfermo grave, el gran criminal, el gran maldito, — ¡y el supremo Sabio! — ¡Porque alcanza lo desconocido! ¡Porque se ha cultivado el alma, ya rica, más que ningún otro! Alcanza lo desconocido y, aunque, enloquecido, acabara perdiendo la inteligencia de sus visiones, ¡no dejaría de haberlas visto! Que reviente saltando hacia cosas inauditas o innombrables: ya vendrán otros horribles trabajadores”. Rimbaud en cartas a Georges Izambard




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