Matthew Barney - El ciclo Cremaster por Leo Lobos

 


Matthew Barney

El ciclo Cremaster

Por Leo Lobos

 

Oí hablar por primera vez de Matthew Barney en CAMAC, un centro de arte en la ciudad de Marnay-sur-Seine, Francia cuando estaba haciendo una residencia creativa gracias a la beca de literatura UNESCO-Aschberg en 2002. La televisión francesa anunció la exposición del artista en el Museo de Arte Moderno de París, que se realizó del 10 de octubre de 2002 al 5 de enero de 2003. Por primera vez en Francia, Matthew Barney presentó el ciclo completo de Cremaster, una obra inédita que combina el lenguaje del cine y la escultura, las imágenes que nos presentaba la televisión francesa eran, por así decirlo, indefinibles, sin duda estábamos ante algo nuevo. Iniciado en 1994 con la película Cremaster 4, a la que siguieron sucesivamente Cremaster 1, 5 y 2, este proyecto particularmente ambicioso no consagraría a Matthew Barney hasta 8 años más tarde, cuando el ciclo concluyó con la película Cremaster 3. Desde su debut en las actuaciones artísticas, el artista estadounidense nacido en 1967, deportista profesional, ha experimentado con los límites de su propio cuerpo. Este ciclo de películas, continúa esta investigación y se refiere a diferentes mecanismos biológicos, como los movimientos controlados por el músculo Cremaster. El músculo Cremaster, llamado así por su descubridor, hace que los testículos se contraigan, se eleven y bajen, en respuesta a estímulos externos como el frío o el calor. Asimismo, investiga la indeterminación sexual que caracteriza al embrión durante las seis semanas siguientes a la concepción, antes de la formación de sus órganos reproductores. Esta indiferenciación abre un campo potencial que será el leitmotiv de la creación del artista. La producción de Matthew Barney abarca, sin ninguna jerarquía, todos los medios. Como en la utopía romántica de la Gesamtkunstwerk (obra de arte total), Barney desarrolla en sus películas el dibujo, la fotografía y la escultura que, al mismo tiempo, constituyen formulaciones plásticas autónomas, elaborando una obra multidimensional en el espacio y el tiempo. Matthew Barney ha mostrado una preferencia por materiales maleables desde su debut, como vaselina, cera, resina plástica en un vaivén entre la forma y la falta de forma. Por ejemplo, el bar de Cremaster 3 que inaugura la exposición en París nos ofrece una máscara de vaselina fija, como el efecto de un sistema de refrigeración. Oponiéndose a cualquier discurso lineal y a cualquier lectura unívoca de su obra, Matthew Barney desarrolla una iconografía de múltiples referencias. Cada episodio se ambienta en lugares específicos: Bonneville, Utah, Budapest y Nueva York. La arquitectura es asimilada por los personajes, por ejemplo, los del Bronco Stadium o el Chrysler Building de Nueva York. Cada parte de Cremaster se identifica por su propia forma y color, se inspira en épocas y géneros específicos, por lo que su imaginería incluye la mitología griega y el atletismo profesional, el cine de Hollywood y el arte de la magia, el psicoanálisis y la música hardcore. En 2005, tuve la oportunidad de ver, esta vez en la Pinacoteca de São Paulo, Brasil, el ciclo completo de Cremaster, y además, como extra, el estreno de una nueva película de Matthew Barney, rodada en el famoso carnaval de Salvador, Bahía. En la película titulada “De Lama Lamina”, donde el personaje literalmente hace el amor con la maquinaria del parque de atracciones, acompañado por la música del guitarrista Arto Lindsay y su banda, Matthew Barney reflexiona una vez más sobre el tema del cuerpo, la sexualidad y la máquina. Matthew Barney nacido el 25 de marzo de 1967 en San Francisco, California es un video-artista. Estudió medicina en la Universidad de Yale, donde posteriormente obtuvo una Licenciatura en Bellas Artes y se graduó en 1991; posteriormente se mudó a Nueva York, donde reside.  Desde sus inicios, Matthew Barney ha explorado la trascendencia de las limitaciones físicas en el arte multimedia, que abarca el cine, las videoinstalaciones, la escultura, la fotografía y el dibujo. En sus primeras exposiciones, Barney presentó instalaciones escultóricas muy elaboradas que incluían vídeos de sí mismo interactuando con diversos objetos y realizando proezas físicas como trepar por el techo suspendido por cables de acero. Su obra está influenciada por el arte barroco, y sus videoinstalaciones incluyen imágenes que contrastan en significado y con interiores repletos de decoraciones complejas, motocicletas y actuaciones en vivo que sorprenden al espectador. Sus obras también reflejan su interés por la anatomía al representar seres inexistentes y al introducir criaturas fantásticas, lo que anticiparía los temas de películas narrativas posteriores. La obra de Matthew Barney ha generado una fuerte controversia, pero los más la elogian por la riqueza y el peso de las exposiciones, así como por la complejidad de su comprensión y significado.

+ Información en: https://www.guggenheim.org/teaching-materials/matthew-barney-the-cremaster-cycle

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