Bokonó, de Adrián Navigante: la fertilidad de lo híbrido Por Luis Benítez

 




 

La calidad de este nuevo título del autor argentino ratifica que la añeja distinción entre géneros literarios carece de importancia cuando se trata de leer obras de la mejor factura. Lo publicó en febrero de 2023 Paradiso Ediciones, de Buenos Aires.

 

En tiempos no tan remotamente pasados, era rígida y vigente la separación entre géneros como la novela, el relato, el cuento breve, la poesía, etc. A lo sumo, se transigía en cuanto a admitir como válido -no sin respingos por parte de los más ortodoxos- el rótulo de “prosa poética”, ambiguo a más no poder, cuando el texto en cuestión se salía de los márgenes estrictos de la narrativa convencional y, sea por la riqueza de imágenes, las apelaciones a una polisemia discursiva o el repetido vuelo emprendido hacia los límites mismos de las posibilidades del lenguaje hacía el escrito sospechar que, por esas páginas anfibias, cabalgaba también la madre primordial de todas las variantes literarias.

Pero en ocasiones, según las dotes del autor, el híbrido prosa/poesía, un texto que se propone ambiciosamente narrar y poetizar a la vez, no da resultados felices: el conjunto puede desbarrancarse para uno u otro campo, en desmedro del otro. Lo narrado puede asfixiar los relámpagos poéticos que aspira a albergar o bien “la loca de la casa”, la imaginación alborotada, puede desbocarse y hacer una de las suyas: escudándose bajo el nombre de la poesía estrangular la narración llevándola a perderse definitivamente en los pasillos alucinados -y alucinantes- de quienes confunden creatividad con delirio pleno (que no faltan, hay que decirlo).

Se entiende entonces que el logro del híbrido narración+poesía es una meta bien difícil y tras leer este fascinante trabajo del argentino Adrián Navigante -ningún adjetivo le cabe mejor a Bokonó (1)- uno comprende que es posible alcanzarla.

¿A qué viene lo de “fascinante”? Obedece a que Bokonó, desde sus primeras páginas, rapta literalmente a su lector, logra lo que Roland Barthes (1915-1980) ponía como primera condición para un texto literario: que fuera capaz de seducir a partir de sus primeras líneas a quien lo lee, llevándolo a no querer abandonarlo más que a su pesar y a internarse más y más en sus ritmos y modulaciones, en el caso de Bokonó, sencillamente vertiginosos.

El magistral equilibrio al que Navigante somete en todo momento su trabajo, le permite escribir simultáneamente en las dos frecuencias antedichas: la narración está contenida en la poética que desgrana; lo poético es la carne misma de lo que narra. Aquello que refería felizmente el gran poeta chileno Vicente Huidobro (1893-1948), cuando decía que en poesía forma y contenido son tan indivisibles como la madera y el árbol, se aplica en Bokonó a la hibridación de prosa y poesía, asombrosamente presentes en proporciones iguales y uniformemente a todo lo largo de sus 160 páginas.  

Con este despliegue técnico de tan difícil resolución -aunque Navigante demuestra que es posible alcanzarla- el autor nos introduce en la magia del mundo mítico pero, a la vez, nos cuenta -narra, ¡y cómo!- que también está hablándonos de lo que sucedió, sucede y acontecerá de este lado de las cosas, allí donde leemos su libro. Porque el sujeto contemporáneo, tal como sucede con la hibridación formal que adopta Bokonó, también participa de dos dimensiones, tanto de la mítica como de la secular, objetiva y terrenal, lo sepa o no lo sepa. Milenios y milenios de configuración mítica no pueden -no fueron- borrados de nuestra cultura occidental ni de ninguna otra. No por difícil de concretar, podía haber elegido el autor un mejor modo discursivo que este para sugerir continuadamente la presencia de la criatura humana en ambas dimensiones de modo simultáneo.

Según nos aclara el etnólogo, antropólogo y sociólogo francés Marc Augé (1935) en su ya clásico Pour une anthropologie des mondes contemporains (Éditions Aubier, Collection Critiques, París, 1994) en una de las lenguas gbè que se emplean en la actual República Togolesa, del África Occidental, bokonó significa “adivino”. Se trata de un individuo que, en el marco ritual, recrea un mito tradicional en relación a aquello sobre lo que se lo interroga. Así, en su híbrido Navigante nos atrae las respuestas a lo que acontece en nuestro tiempo a través de la transparencia con que el mito evocado deja ver las constantes propias de toda época y lugar.

Como para muestra basta un botón, trascribo en relación a ello un breve fragmento de Bokonó, correspondiente al capítulo titulado ÀnÍgbá (Humus), de la página 137: “Para ver la historia de otro modo hay que extirparse los ojos, cortarse la lengua, reunir las cuatro esferas de cuerpo roído durante siglos de dominación, tratarlos bajo la tierra para devolverles el poder subterráneo y permitir que vislumbren las tensiones y razones criminales, los engaños de guantes más blancos que manos cubiertas de talco soplado entre las nalgas de los santos. Los ojos serán recolocados en el sepulcro y la lengua insertada en el libro de los intersticios. Así brotarán fragmentos de otra historia, el cuerpo se levantará en danzar rebelde, los ojos se alinearán en la extensión del espíritu, de los flujos sociales, del mundo criminal. Harán visibles los mecanismos del gran amarre, la violencia en disfraz de civilización, los discursos que expanden el tejido supremo y reducen las cabezas de los siervos, las manos que lavan la sangre de víctima y trocan los órganos por grumos de excremento, los pies que presionan la tráquea de los convictos y traban cadenas de paz perpetua. En ese tejido, los grandes humanistas (hodie et semper) (2) recuperan las semillas de la gran genealogía y juegan a depurar la masticación socio-cósmica de cuerpos y espíritus con el buen orden y trazo de superior, con el dique de la ciencia que lacera y deforma las hordas de experiencia para consolidar simulacro, para reducir a los tantos otros mundos y obtener reflejos dominables. Todo esto ocurría, ya desde la distante antigüedad (…)”.

Fértil híbrido es esta nueva creación de Adrián Navigante, capaz de reproducirse dando vida a múltiples reverberaciones en la sensibilidad del lector.

 

 

El autor

Adrián Navigante nació en Buenos Aires, Argentina, en 1971. Es un creador cuya existencia se caracterizó por un incesante traslado desde su país natal a Francia, Alemania, la India e Italia. Reside actualmente en el extranjero. Navigante se aplicó a diferentes ramas del saber, desde la filología a la psicología y el estudio de la cultura del subcontinente indio. Su trabajo en letras -cultiva la poesía, el ensayo y la narrativa- se concretó en español, inglés, francés, alemán e italiano. Publicó libros de poesía en castellano y alemán: Animalice (1997), Exempla (2001), Vita Peracta (2004), Unusmundus (2007), Cuaternidad (2011), El Libro del Despertar (2018); Dämmerstein (2009), Augen der Zeit (2018), Orilla-Esplendor (2019) y Bengal Buenos Ayres (2021).

 

NOTAS

(1)Paradiso Ediciones, ISBN 978-987-4170-78-1, 160 pp., Buenos Aires, 2023.

(2)En latín significa “hoy y siempre”. (L.B.)



 

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