Poemas de Víctor Hugo Díaz





 De La Comarca de senos caídos 1987


*

Sobre la comarca de senos caídos

el clavo en el tatuaje

La muñeca habitante de carcajadas flacas

encomendadas al aceite vertido

A chuletas con puta vieja/ la llaga

el hastío que hincha botellas rotas

                                                       /hasta el próximo sol.

Sentados a esperar como si nada

en el paradero de micros.

A chutes con la llaga/ el disfraz

La quemadura del padre en la bocacalle

Colmillo de perros que rasgan la bolsa

y nalgas carnudas tras los vidrios

Un lunes o viernes

A palos con el aire

cuando escondo la cara/ la guarida

Con lentitud de bestia en regreso

sobre la comarca de senos caídos.




De Doble vida, 1989


Pagan Rome o el afiche a entrada de un cine II


Pagan Rome poseía colinas

Desde arriba la ciudad le parecía un gran juego de videos

que la noche hace emerger.

Allí fuimos exhibidos      ellos

todos        como una redada ante sus ojos

Bebíamos de los pequeños pechos

manados de los muros que por estos sitios

Una breve postal        un destello

Altivas crestas de edificios

que los últimos celajes lamen.

Pagan Rome Chile Night Club

El cuadrilátero y la llanura donde descansamos la cabeza

El sueño de Calígula la noche anterior a su asesinato

Cuando creyó ser uno de nosotros

y bailó desnudo         sin decir palabra.




De Lugares de uso, 2000



LO QUE CONTIENE LA RISA


 Los muchachos de la otra mesa sí saben cómo divertirse;

                                                                                                               actúan como si no se conocieran.



Cuando al fin quedan solas hablan otro idioma

mucho más cruel


Ahora que se piensa dos veces

no hay nada tan importante. Dos desconocidos

que se sientan juntos casualmente

hasta ser los únicos pasajeros


Por fuera las gotas de lluvia se pegan a la ventanilla

Parecen una plaga de insectos transparentes

que han hecho un largo viaje para venir a morir aquí


eran tantos, tantos en número

que podrían llenar un gran silencio


Despierta temprano, se duerme y se hace tarde

Dejar así de estar a punto de que algo suceda

Dar pie atrás

o girar sobre los talones con violencia

para ser parte de eso efímero que contiene la risa


Estos años se podrían reducir a una frase

A una luz que atemoriza sin dejar quemaduras


al estar cerca se aleja igual que un espejismo

y se vuelve a formar unos metros adelante

Es como avanzar por un campo de batalla

lleno de los peligros que el enemigo deja en su retirada


De haber estado en otro lugar

podría haber visto cómo aquellos que rodean la casa

se van haciendo cada vez menos


Lejos, los que quedaron al otro lado de la calle

cuando cambió la luz del semáforo

y nos perdimos de vista


Una habitación que permanece tanto tiempo cerrada

toma el olor de sus ocupantes

Adentro el televisor está encendido y sin volumen

olvidaron apagarlo en el apuro de la despedida


Esta ciudad se podría reducir a una sola frase

A decir –paso– por un buen rato. Lo que no es otra cosa

sino una dirección que se hace más concurrida

el cuerpo que cambia de posición mientras duerme


–Quería ir bien puesto a su primera cita con la oscuridad–





FRÁGIL


Las flores artificiales

también florecen, pero en invierno:

su polen es el musgo


No requieren de luz sino de tiempo para volverse necesarias.


Toma la vía más rápida desde Santiago sur

Aquí la cara va por dentro. Acaricio mis papeles

y sé que está mirando

–ese vestir con mal gusto que tanto excita–


La cresta negra del gallo sobre la cordillera

es mi mano abierta contra el sol

Ahora sé cómo no se hacen las cosas

Y dele con la misma, no como en casa

en la que se podían rayar las paredes.


Nos quedamos detenidos

en un trayecto que no tiene paraderos

Luego el encuentro casual y rápido

pero en direcciones opuestas

(trenes subterráneos que se cruzan a mitad del túnel)


Se quedó esperando todo el día de cada año

tendida sobre los rieles como en la piedra de sacrificios

Al verla el llanto se instala sin dolor:

un recién llegado al baño de restorán

el suelo trapeado con cloro

y los ojos llenos de lágrimas.


El cargamento más reciente termina de vaciar el andén

y deja su turno al que viene

Su cuerpo es frágil, pero cuando está caído

paraliza la ciudad

(ella eligió el Metro porque ya estaba trazado:

no era un motivo de viaje

sino el camino más corto hasta el fin del recorrido)


–No importa, no quiero saber dónde llamar

ni dónde vives, por si me pongo tonta.

–Aunque los vagones traen ruido

puedo escuchar tu música.


Dos niños caminan junto al ciego

que sale de la estación,

guardan silencio, se miran

y creen pasar inadvertidos


lo ven subir la escalera


imaginan cómo es la oscuridad.





De No tocar, 2003


Escribo caminando y me siento a corregir.



LA CASA DONDE NO VIVIMOS


La culpa siempre es del empedrado

Hoy tocaron la canción que más me gusta

y hay un amigo que no se deja ver


Por fin un deseo se cumple en desmedro del tiempo:

en la playa, acompañado, después de muchos días bajo nubes

el cielo se despeja y sale el sol


El odio se hace coágulo bajo la mala memoria

Jugar a las escondidas con restos que no se ven

que pasan inadvertidos

como sirena contra robos

activada al más mínimo roce del automóvil.


El padre no está en casa y nunca llama por teléfono

Se fue a vivir a una fosa o al fondo del mar


No se puede imaginar en qué estación sucede

nublado el verano, la aridez de un invierno seco

mientras el día se destiñe a pesar de la luz:

dibujo saturado de negro y un niño de siete años.


La verdad es otro seudónimo de la mentira

Salió a la calle a cumplir su itinerario

en el que simplemente desaparece


Su silencio no coincide con los ojos

con la camisa en la foto blanco y negro 

que ella se cuelga al pecho

ni el sobrenombre hace mérito al fémur

ni al hueso húmero con que se identifica

cuando se acuesta a su lado

y oye la palabra hijo

–Nunca lo vemos en casa pero aquí vivimos

jugamos a las escondidas y él siempre gana.


Al mío lo conozco desde que murió

lo puedo visitar, hay un nombre en su lápida

(cambiaron la señalética, cuando niño me perdía)


Ahora es otra la forma de hablar

y el calor derrota a la brisa.





LAS PAREDES NO TIENEN OÍDOS


Cómo se habla a una pared –la estoy viendo–

es más fácil describirla:

está hecha de ladrillos, uno al lado del otro,

arriba y abajo, nunca solos


Los ladrillos se disponen como las letras en el teclado

una junto a la otra, nunca solas, arriba y abajo


Al digitar las teclas

la pared se construye.





De falta, 2007


Lo único terrible sucede a plena luz

                                                                                                                                  a ojos de todos




LOS ALLEGADOS


Tú eres culpable del contagio

Deja que muera tranquila la víctima

cojo del pecho, cuando la ex prótesis

descansa en las vitrinas de la multitud

a pesar de las advertencias


El día cae encima cuando se piensa rápido

como las estaciones sin saber de dónde vino

sin moverse, dónde la viste


dentro del infectado nada se mueve.


¿Conoces el olor de una huelga de hambre;

golpes de martillo dos pisos más arriba

o el latir de un corazón apoyado en la mesa

hacen vibrar el único recipiente con líquido


Vejez y juventud se clasifican por olor

no por frescura. Se reconoce en las náuseas:

abuela torturada saliendo del baño

olor que deja el cáncer o la electricidad

entre las piernas


Los síntomas dejaron marcas

en el barro afuera del edificio en construcción

Huellas de neumáticos que se entrecruzan

borrándose unas a otras

dando cuenta de lo que fue el trabajo

y un día de ganancias


Sólo recibe llamadas y espera la sentencia

Guarda fotos de perros, no de hombres ni lugares

Llena la garganta de palpitaciones

casi invisibles como el rastro

que dejan los pájaros en su paso por el aire

sin humedad, frutos secos, piel que cubre los nudillos

a la velocidad del sudor cayendo por la frente

durante el miedo


Sí, tú eres el culpable del contagio

Ave de caza esquizo que propaga la enfermedad

Víctima y verdugo que abrió la puerta a los roedores

permitiendo que se reproduzcan

El que mató a su familia

o la abandonó en el desierto de la pobreza


un mensaje cifrado en goteras de tormenta

lágrimas irregulares y tartamudas.


Reparte los naipes

                              -Tecnología de baja obsesión

Coronas o plantas de invernadero

que evitan marchitarse bebiendo por la herida

y envidiando longevidad a las flores de plástico


Sólo recibe llamadas o se gasta las monedas

igual no hay nadie; amor anal, labios heridos

de fábrica o las suelas gastadas

de una canción antigua italiana

al otro lado de la pista de baile.


La bolsa de basura les habla. Ella les cuenta su historia

por el tajo donde los jirones de papel

agitan sus lenguas al viento


Un paso sigue al otro

                              brota el pasto

champas de pendejos verdes entre las grietas


Sólo querían inaugurar su nueva casa.





De Hechiza, 2015


      MUERTE DE JUGUETE


A veces te imagino

bajo un frío sol de invierno

mientras recuerdas todo esto que pasó

hace tantos años.


Sabes, al crecer la ropa se ajusta 

a la deformación de nuestros cuerpos


Como el conteiner de basura

afuera del asilo de ancianos

que cada cinco días

espera su viaje al vertedero


que se acostumbró a secretos olvidados

a desperdicios en bolsas negras valiosas

                                        [que no pasan de moda

cuando dormir es tiempo útil

y estar despierto          perderlo.


De haberla visto pensarías que es un juguete

un juguete que los aleja

que no invita a jugar a sus enemigos

El arma Hechiza de un superhéroe

con el poder del rayo y el trueno.


¿Pero y si soy yo el que recuerda

esto que pasó hace tantos años


imaginado por ti?

Yo el tesoro, el cofre con riqueza

                        y el cráneo infantil destrozado

que se encuentra al final del arcoiris

                                                     Lacrimógeno

humeante entre hogueras de Protesta


al final del arcoíris donde vino a impactar

esta bala anónima


El disparo al aire que me eligió 


bajo este frío sol de invierno.






De Lo puro puesto, 2018



                                                                                        En este negocio nada se fía –Te juro, nada tengo

                                                                                          lo puro puesto, mi odio.

                                                                                                    Hablar con extraños, No tocar



MATERIALES LIGEROS


Las pisadas de los que huyen

se pueden escuchar durante la sequía


son el crepitar de flores 

y pastos muertos del año anterior

donde cada paso dice algo


historias inconclusas que suceden

entre Estaciones del Metro

o construcciones de material ligero

que los puertos y el aburrimiento

de no sentir miedo        

se llevarán

 

odios amados que se cocinan por horas, un día a la vez 

a fuego lento durante años

en este vertedero de puertas abiertas;

pero clausurado a los que piensan en escapar.


Islas que nunca han visto el agua

apenas calles pavimentadas

y explosiones extranjeras fabricadas 

                                   para reunir a los amigos

pero sólo a los que puedan recopilar extremidades

armar el rompecabezas

y después sepultarlo.


Cuando al lado sólo hay dinero falso

y la respuesta es: no me acuerdo 

no sé lo que hice ayer

era el último Teléfono Público de monedas

solo             

en el Centro Comercial      

mientras nadie llegaba

por el camino bloqueado       

huérfano de pies.

                                   

Los barrenderos saben rastrear el peso y tiempo

que dejan los desperdicios sobre tierras depiladas

también leen el silencio que cometen las hojas secas

junto a árboles desnudos exhibiéndose en público

                                                       una tarde sin viento.


Pero no importa, todos han vuelto, nadie huía

ya crecieron los pastos         

levantaron nuevos techos

regresó la lluvia.






SE INICIA EL CIERRE DE PUERTAS

                

                                                                                               a los desconectados…

 

El cuerpo no tenía ganas 

                            y nada que hacer

como el gato kiltro* que no es de nadie


Esta vez llegaría temprano

                                             pero igual atrasado

después que la sesión y las puertas del Metro cerraron.


Quería conectarla

y tocarse a través de “nuestra” pantalla

“juntos para siempre” después de su turno 

frente a frente al teclado 

y la cámara que los une


al menos escucharla mientras trabaja

y seguir sus instrucciones por el altavoz

de alguna Estación 

o agregar amigos de sus amigos

para visitar lo que hace

y respirar una pequeña dosis de su aire


apretando con fuerza la tapa de cerveza 

entre pulgar e índice hasta doblarla


como si al querer reiniciarlo todo 

la imagen alcanzara la edad en que se tienen todas las edades

y ganar otro enemigo

fuera el más bello obsequio

iniciando el cierre de todas las puertas.


Pero ya actuaba raro

parecía imitar los gestos sospechosos

del policía viejo y enfermo dado de baja

que todavía en su cabeza 

                                       cada mañana 

persigue al verdadero culpable

del terrible delito de olvidar 




*Perro de raza mestiza



(Santiago de Chile, en 1965). Ha publicado “La comarca de senos caídos”en 1987, “Doble vida”en 1989, “Lugares de uso” en 2000, “No tocar” en 2003, “Segundas intensiones” en 2007, “falta” en 2007, “Antología de baja pureza” en 2013 y 2014, México, DF, “Hechiza, poemas anticipados”, México, 2015 y 2016, y Lo puro puesto, Chile, 2018. En 1988 obtuvo la primera Beca de Creación Taller Pablo Neruda; en 2002 la Beca de Creación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. En 2011, 2012, 2013 y 2014 ejecuta el Proyecto Escritos de Sur a Norte, Poesía de Chile en México; Fronteras sin Límite 2015, Poesía de Chile en Perú y Bolivia; y Poesía Chile en México 2018, apoyados por el Fondo del Libro y la Lectura. El año 2004 ganó el Premio Pablo Neruda en su centenario, por trayectoria, otorgado por la fundación del mismo nombre. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas y antologías, además cuenta con numerosos textos críticos acerca de su obra. Es reconocido como una de las voces poéticas vivas más importantes de Chile.



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