Ciervos de oro…
brillando sin protegerme
Sagrado dolor de los santos
liviana armadura de ángel
Mi pasión eterna abraza la tierra
Como si se tratara de un Sol trasquilado
¡Midas! transformado en asesino
resplandeces en esta noche tan oscura.
CLARIVIDENCIA
1) Conjuro que se desprende del Caos, estrella solitaria que dormita en profundo lago… La terrible sensación de show televisivo, lunática presión que nos agrieta la cara. La incomprensión hallada en la voluptuosidad de este verbo es un extraño placer, tantos rostros de aparecidos… Mis ideas tan presentes, tan locuaces, tan sin noción de ser una totalidad de la fe. Es el estado del Caos el estado del vacío, es el estado del Caos, el estado de creación permanente.
2) Fanática farsa, reliquia de la ciencia. Los mismos amaneceres de los que uno hierve. El público que deja de ser público, deshuesada puesta en escena. El dolor es siempre el mismo, son los actores… que embrutecen.
3) La pintura que chorrea su tinta desde los ojos de un minusválido, aplastan un enorme sol de barro. Gigantesca se avecina la quietud de la tormenta ¡Surge esculpido desde mis entrañas! el temor de no saber a dónde es que se va y de que se huye.
4) Millones de ojos ¡ahí! para recordarme que profané tus secretos. Ilusión que materializa tus gestos ¿Por qué el hombre le da tanta importancia al hombre? ¿Somos un sinfín de ideas vagas? El emerger de un arte atosigado de vísceras, se jura impío. La falsa brillantez que surge del delirio: fantasía caduca de un incongruente ser. Ha de quedarse el hombre sin rostro y sin expresión.
Sentado en una barca
que mira la ilusión de las estrellas
La NADA que se esconde
tras este hechizo llamado cielo
Dejaré que un mal poema me represente
Que un mantra tántrico identifique plenamente la belleza entrelazada de los cuerpos
Existo como una piedra sepultada en el lodo
como el fuego acogido en los brazos de una semilla
a veces dejo pasar la vida
amurallado de ideas
como una vieja expresión de fuegos cruzados
Así sienta que los demonios usan las lenguas del hombre para negarme
la herida en mi lomo ruge encendida
llora el guardián del dolor tras la puerta
libera sus almas una nación que levita
los rostros que esgrimen su piedad en la cosecha
flotan al interior de una burbuja
sus parpados intocables encuentran la felicidad de los esclavos
intento atrapar el graznido de los buitres
mi picadura de leve satanás enfurece los cielos
la tristeza sumergida de una ballena jorobada
no deja de ocultarse
me libro de las tantas voces que escuche de un secuestrado
Dejo pasar la luz
Dejo pasar la mentira
Los animales salen de sus cuerpos
para engarzarse a una enorme máquina de silencio y de locura
Muero en esta tierra,
observando como las almas se dejan tomar por esa mano
que cuando abre la boca en su palma
los sentencia o los vomita.
Similitud de versos vientres y heridas
cadena de oro creada para la unión
de dos lunáticos artistas.
La imaginación que abruma a esta hormiga solitaria
el hombre erigido estatua
¡Una torre de marfil se avecina con su rostro asesino!
Plebeyo enamorado de errantes mordeduras,
sinfonía que mese las almas
Inauguro el sortilegio con la quemadura de mis manos
Mi pestaña se siente con un sabor
como de barro
Las luciérnagas embisten con su brillo infernal a las aves
Los topos entristecen la tierra de llantos
Un sinfín de cajitas grises
laceran de amor las tinieblas.
PAÍS EXTRAÑO
Mi patria es mi hembra
La madre de las piedras dejó su belleza en el calor de las almas. El secreto atragantado de sus perlas, hermoso es el hedor de parir… La deformación de mi cuerpo analiza los enormes rostros de sus manos. No hay dolor que pueda conciliar el sueño. La sangre que brota alacranada de serpientes, quita el abrigo de joyas y larvas. No existe la conquista que quite la luz a este hermoso esqueleto de tierra. Ni la cuna del animal que nace desde la ceguera. Ni la risa enorme que surge desde la mirada codiciosa del bastardo. Ni los perros aullando a la luna pútrida. Ni las líneas de consanguinidad. Ni las musas que dan de comer fuego al espanto. Ni los muertos de la carretera. Ni los halcones locos volando de rodillas. Ni las aventuras de los caballeros desarmados de huesos. Ni los soles y sus tinieblas. Ni los asteroides que gimen. Ni la lucha de los salvajes. Ni la razón ¡Los orates me enferman! Los viejos patrocinadores de espinas son clavos de su propia cruz. Las únicas dos razones para luchar fueron destruidas por la maldita individualización de la mente. Ni los bares y la plaga de jueces. Ni los periodistas y los avestruces. Ni los sapitos que masturbándose intentan volar los años. Ni los colmillos-cuernos que no encuentran su cuello. Ni los soldados que sueñan la piedad del futuro. Ni los pétalos delatores. Ni el estigma. Ni el diluvio de vida en la historia.
Cristhian Gonzales Rosillo es un poeta nacido en la provincia constitucional del Callao (1991) actualmente estudia literatura en la UNMSM, sus publicaciones se encuentran difundidas en la red, algunas revistas y fanzines como Poesía Sub25, Suburbio y Cultura Zine, la revista de artes, ciencias y filosofa Generación del siglo XXI y los primeros números de las publicaciones de Circo editorial. Ha participado en distintos certámenes de poesía y recitales en el centro de Lima, entre sus obras publicadas virtualmente se encuentran los poemarios GERMEN y DSD L XILIO.
0 Comentarios