UNO
Esperar estruendo
en un páramo de ceros y unos
ilusión espejismo
duraznos bajo la luz de una tormenta
FestÃn de egófagos
decoran la entraña de la nave y edulcoran
jardines de cristalina melodÃa
Hiperguerilla
GrafÃas listas para la ejecución de la sinfonÃa
El vasto imperio de la música es el mapa del sudor y la ternura
Todo ese color en el mundo
solo para que sonrÃas
Plática entre diente de león y fina catarata
Tristeza que toma limonada en un balcón
de mi ciudad infectada afectada desalada
Mientras el cielo espejado acariciado
por nuestras miradas
como si de una gran león o tigre se tratara
nos pierde
y nos confiesa antes de todo que esto es una masacre
el poema
la hiperguerrilla todo
Añoro el pogo
Goce
bajo noche
y sobre dócil pasto
añoro
un solo de Rage Against the Machine en un fest de poesÃa
mientras el amor de tu vida rapea pétalos amarillos y morados
Una chica que sabe reÃr de una forma especial
y te hace reÃr de una forma especial
risa o flor que también llevas tú y no sabes
clandestina y ensoñada laguna
delicadeza de los dÃas que se ensartan como cuentas de un collar
isla para mi naufragio
lluvia sin solución en un paisaje de niebla holograma.
DOS
El amor no me salva
Me salvará mi canto
Y mi canto
es un viaje infinito
entre la niebla
y el mar
Además de una vibración
Silencio
Si mi canto no me salva
Entonces nada soy
No soy ni el viento
ni la humedad que baila lento
en el patio de la casa
Verdeando
las paredes
no soy ni mÃsera brisa
que lee miradas y se desvanece
Soy solo un dolor
que la noche olvida
entre sangre
y alcohol
Si mi canto no me salva
soy solo un fantasma
que llama a la puerta
que grafitea un nombre
y añora que su canto
lo ilumine
sin tregua
ni muerte
como adentrarse en el desierto
el desierto que escribe poemas de sombras
con el perfil de las dunas y los cirros
poemas sobre el vacÃo o la desolación o la sencillez de las cosas
y hallar por ejemplo
un agabe en flor Iluminación
Como si además de ti y de mi
hubiera alguien más en la página en blanco.
TRES
Como un animal sediento
Me acerco a la hoja en blanco
Y observo mi corazón
hecho de cristales pulidos por el mar
Quisiera aplacar esta sed
O esta imprecisa e irremediable tristeza que me acecha
O ambas
Y el deseo es otra hoja en blanco
Siempre hay soledad en tus poemas me dicen
Entonces diré como un animal sediento:
Es una frÃa tarde de invierno en el corazón de la montaña
El esplendor del rÃo es solo un recuerdo que se mece manso y puro
Como si de una delicada canción se tratara y llegara su fin
La esperanza es nuestro sudor
y la luz en los ojos de los niños
la esperanza es creer que todos los niños del mundo son nuestros
Quedan algunas estrellas el viento sabe
El resto de las palabras
Que más da.
CUATRO
Escribir poesÃa es un oficio triste y muy esforzado
Muerte entre llamas azules y verdes al osado
Que luce como estandarte su cerebro lleno de valles y sinuosas plegarias
La masacre de la letanÃa del invierno asciende entre cantos de vendedores ambulantes lo sabe
y
Se abre paso como un perro rabioso antes de que le den el balazo fundamental
Arda la pira de sus ansias como ofrenda
Saber conjugar y olvidar
Y saborear esta desolación entre palmeras de diamante
Antes fui dédalo y florecÃ
en rostros vacÃos como monedas de un dios deudor
De todas las oraciones de las niñas buenas
Yo antes decidà olvidar mi propia claustrofobia
SonreÃr cada tanto y cruzar los albores de esta ciudad y su música concreta y afilada
Saber de memoria los parajes del éxtasis
Como testigo fiel de todos los crÃmenes
Manjares me entretuvieron y entonces entristecà pero dije
Este es mi Perú de poesÃa
De poemas que sudan y tosen y chillan y les moja el rochabús de la policÃa
Entonces me volvà salvaje decidà otra vez tomar el oficio por las astas de demonio
Feliz
Campante
Me deshice en los caminos de ichu
Me sembré como amor en los balcones de sus ojos
Me sacrifique en los fest de poesÃa destripando cerdos para buscar perlas
Salté el charco libre el chaco sacie el dolor de las iras y de los idos
Los pormenores de las manos que insidiosas trepaban porque solo sabÃan y quedaba eso
Trepar y trepar a como de lugar
El sinsabor era parte de la sazón de la muerte cocinera
Nuestros nervios se posaron en sus versos como aves de color mortecino
Soñé con los parajes blancos donde saltan los demonios andinos
Los volcanes nutrieron mi imaginación fogosa entre fiestas inyectadas a la fuerza
Gire como un pálido huracán trepé también a mi modo
Pero nada satisfizo este acorde que llevaba
Ni nadie acerco su oÃdo para escucharlo
Somos solo el recuerdo que dejamos
en una tarde frente a los chicos del colegio que mira a esos señores presentados como poetas
Esos señores resaqueados
Escribo sin pensar
Escribo sin dudar
Escribo d verdad
¿Pero eso cuenta?
Importa me dice el saxofón de Coltrane y la lira de Orfeo
Importa me dice el perro más furioso del infierno
Importa me dice el trozo de isla que se salvó de tu tormenta de gestos vacuos
Importa me dice Willy Franky Héctor domador de caballos suéltame que voy sin jockey
Los nombres épicos de nuestras fiestas en el barrio causa
Los sueños perdidos los sueños encontrados
Los sueños arrasados por las alas de sombra de tiempos altamente lÃricos y sÃlices.
LUDWIG SAAVEDRA:
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