Cuatro poemas de Ludwig Saavedra




 UNO 



Esperar estruendo 

en un páramo de ceros y unos 

ilusión  espejismo 

duraznos bajo la luz de una tormenta


Festín de egófagos

decoran la entraña de la nave y edulcoran 

jardines de cristalina melodía 


Hiperguerilla

Grafías listas para la ejecución de la sinfonía 

El vasto imperio de la música es el mapa del sudor y la ternura 


Todo ese color en el mundo 

solo para que sonrías 

Plática entre diente de león y fina catarata


Tristeza que toma limonada en un balcón 

de mi ciudad infectada afectada desalada


Mientras el cielo espejado  acariciado 

por nuestras miradas 

como si de una gran león o tigre se tratara

nos pierde 


y nos confiesa antes de todo que esto es una masacre 

el poema

la hiperguerrilla  todo   


Añoro  el pogo

Goce

bajo noche 

y sobre dócil pasto


añoro

un solo de Rage Against the Machine en un fest de poesía 

mientras el amor de tu vida rapea pétalos amarillos y morados 


Una chica que sabe reír de una forma especial 

y te hace reír de una forma especial 


risa o flor que también llevas tú y no sabes

clandestina y ensoñada laguna 


delicadeza de los días que se ensartan como cuentas de un collar 

isla para mi naufragio   

lluvia sin solución en un paisaje de niebla holograma. 



 

DOS



El amor no me salva

Me salvará mi canto


Y mi canto

es un viaje infinito

entre la niebla 

y el mar


Además de una vibración

Silencio


Si mi canto no me salva

Entonces nada soy

No soy ni el viento

ni la humedad que baila lento

en el patio de la casa 

Verdeando 

las paredes 


no soy ni mísera brisa 

que lee miradas y se desvanece 


Soy solo un dolor 

que la noche olvida 

entre sangre 

y alcohol 


Si mi canto no me salva 

soy solo un fantasma 

que llama a la puerta 

que grafitea un nombre 

y añora que su canto 

lo ilumine 

sin tregua 

ni muerte 


como adentrarse en el desierto 

el desierto que escribe poemas de sombras

con el perfil de las dunas y los cirros

poemas sobre el vacío o la desolación o la sencillez de las cosas


y hallar por ejemplo 

un agabe en flor   Iluminación


Como si además de ti y de mi

hubiera alguien más en la página en blanco.



TRES 


Como un animal sediento 

Me acerco a la hoja en blanco

Y observo mi corazón 

hecho de cristales pulidos por el mar 


Quisiera aplacar esta sed 

O esta imprecisa e irremediable tristeza que me acecha

O ambas 

Y el deseo es otra hoja en blanco

 

Siempre hay soledad en tus poemas me dicen

Entonces diré como un animal sediento:


 Es una fría tarde de invierno en el corazón de la montaña

El esplendor del río es solo un recuerdo que se mece manso y puro 

Como si de una delicada canción se tratara y llegara su fin 


La esperanza es nuestro sudor 

y la luz en los ojos de los niños 

la esperanza es creer que todos los niños del mundo son nuestros 


Quedan algunas estrellas el viento sabe 

El resto de las palabras

Que más da.



CUATRO


Escribir poesía es un oficio triste y muy esforzado

Muerte entre llamas azules y verdes al osado 

Que luce como estandarte su cerebro lleno de valles y sinuosas plegarias

La masacre de la letanía del invierno asciende entre cantos de vendedores ambulantes lo sabe 

y

Se abre paso como un perro rabioso antes de que le den el balazo fundamental 

Arda la pira de sus ansias como ofrenda 

Saber conjugar y olvidar

Y saborear esta desolación entre palmeras de diamante


Antes fui dédalo y florecí 

en rostros vacíos como monedas de un dios deudor 

De todas las oraciones de las niñas buenas

Yo antes decidí olvidar mi propia claustrofobia 

Sonreír cada tanto y cruzar los albores de esta ciudad y su música concreta y afilada

Saber de memoria los parajes del éxtasis

Como testigo fiel de todos los crímenes 

Manjares me entretuvieron y entonces entristecí pero dije 

Este es mi Perú de poesía

De poemas que sudan y tosen y chillan y les moja el rochabús de la policía 

Entonces me volví salvaje    decidí otra vez  tomar el oficio por las astas de demonio

Feliz 

Campante 

Me deshice en los caminos de ichu 

Me sembré como amor en los balcones de sus ojos 

Me sacrifique en los fest de poesía destripando cerdos para buscar perlas

Salté el charco   libre el chaco   sacie el dolor de las iras y de los idos 

Los pormenores de las manos que insidiosas trepaban porque solo sabían y quedaba eso

Trepar y trepar a como de lugar 

El sinsabor era parte de la sazón de la muerte cocinera 

Nuestros nervios se posaron en sus versos como aves de color mortecino

Soñé con los parajes blancos donde saltan los demonios andinos 


Los volcanes nutrieron mi imaginación fogosa entre  fiestas inyectadas a la fuerza

Gire como un pálido huracán  trepé también  a mi modo

Pero nada satisfizo este acorde que llevaba 

Ni nadie acerco su oído para escucharlo 

Somos solo el recuerdo que dejamos 

en una tarde frente a los chicos del colegio que mira a esos señores presentados como poetas 

Esos señores resaqueados

Escribo sin pensar 

Escribo sin dudar 

Escribo d verdad

¿Pero eso cuenta? 


Importa me dice el saxofón de Coltrane y la lira de Orfeo

Importa me dice el perro más furioso del infierno

Importa me dice el trozo de isla que se salvó de tu tormenta de gestos vacuos

Importa me dice Willy   Franky    Héctor domador de caballos suéltame que voy sin jockey 

Los nombres épicos de nuestras fiestas en el barrio  causa

Los sueños perdidos los sueños encontrados 

Los sueños arrasados por las alas de  sombra de tiempos altamente líricos y sílices.




LUDWIG SAAVEDRA: Lima, 1985. Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado las plaquetts de poesía: Florece, 2009. El mar de vinilo, 2015; ambos con el sello Paracaídas editores; los poemarios Los arrecifes, edición cartonera a cargo de Amaru Cartonera, Hartado de sonidos y Al pie de la explosión, 2017 y 2018. Ha participado en diferentes festivales de poesía, ferias de libro, en Perú, Ecuador, Chile, Bolivia y el norte argentino. Es declamador de poesía itinerante, docente de Literatura en colegios, librero, editor del sello Huachumera editorial y la Revista Latinoamericana de Poesía Obayareti. Prepara dos nuevos libros y espera la Revolución de la mente y que arda todo.


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