Leo
Lobos (Santiago, 1966) viene publicando sostenidamente desde principios de los
90. Una poesía breve, concisa, narrativa. En esta oportunidad llega “Corazón”,
entrega de la Colección Poeta Raúl Zurita que -también por años- mantiene Mago
Editores, un proyecto que con regularidad acerca la actual poesía chilena al
espacio público. Y nombrar el tiempo es pertinente cuando se habla de poesía,
este arte que debe acercar la huella de lo sentido a un lugar en el alma.
La madurez de este
trabajo se signa por la comprensión de la propia escritura y la función que
todo poeta cumple en este ejercicio:
“Apoyándome en mí
envolviéndome en
mí
desde mí mismo
para dar con mi
voz exacta”
(La voz del
corazón)
Una exigencia que
la continuidad del trabajo debe dar al texto. Una forma de reiterar que es el
autor, y no otro, quien provee las palabras que albergan el sinsentido de la
vida. Y para llevar a cabo su trabajo qué otro punto de referencia más exacto
que el corazón, el cruce original y espontáneo de nuestra tradición lírica.
No se crea, sin
embargo, que es una alabanza al lugar común ni una elegía por aquello que se ha
perdido, nada de eso. Aquí acudimos a una estructura que aspira a delinear
(nunca definir) el eje central de un largo proceso llamado creación y, a través
de éste, descubrir una poética que articule los trabajos que le preceden:
“El poema es una
isla sumergida
la oscuridad
donde veo”
(Latidos en el
corazón)
Tras veinte años
de la primera crítica que hice del trabajo de Leo Lobos (la plaquette Ángeles eléctricos) ya se posee lo que en
las bienales se definen como “afinidades afectivas” (ese afluente del Goethe de
Afinidades electivas), eso que uno
encuentra como parte del propio camino: experiencias, lecturas, trabajos
entrecruzándose que nos hacen llevar autores como parte de la propia biografía,
que no es otra cosa que comprender la extensión discursiva propia en el relato
de la poesía chilena, siempre atenta a las vanguardias pero también sus
herencias. En este caso, la singularidad del poema breve donde se pueden
reconocer y recordar a Gonzalo Millán, Omar Lara o Mauricio Redolés siguiendo
la corriente de obras y autores.
El libro Corazón, cuyos textos poseen una extensión
regularmente epigramática, va delineando una propuesta coherente. El mismo
trabajo adquiere independencia y se nutre a sí mismo con el ejercicio plástico
conocido del autor: las traducciones del portugués que Leo Lobos ha entregado a
nuestro deleite, y con ello, este decir cobra una seguridad que sabe combinar
lo público y lo privado, se hace voz.
“Toda oscuridad
enciende miles de
luciérnagas
Las cosas
importantes
suceden
en lo oscuro”
((Co) Razón).
De este modo, Corazón, viene a ratificar la escritura
continua de un autor con tres décadas de oficio en la singular poesía chilena.
SERGIO RODRÍGUEZ SAAVEDRA (Santiago de Chile, 1963). Ha
publicado en poesía Suscrito en la niebla
(1995); Ciudad Poniente (2000 -
2002); Memorial del Confín de la Tierra
(2003), Tractatus y Mariposa (2006), Militancia Personal (2008); Centenario (2011); Ejercicios para encender el paso de los días (2014) y Patria Negra Patria Roja (2016). En España
fue editada la antología de su obra Nombres
propios (2017) con selección y prólogo de Julio Espinosa Guerra, y en
Colombia su Antología de agua y hueso
(2018). 1er lugar Festival de todas las Artes Víctor Jara (2002); Premio
Nacional Eduardo Anguita (2008 y 2010); Premio Letras de Chile (2013); Premio
Stella Corvalán (2018); Beca de Creación Consejo Nacional del Libro y la
Lectura (1999, 2004 y 2016). Colaborador con medios de comunicación a lo largo
de su trayectoria, participó de las antologías críticas Anguita 20/20 y Teillier
Crítico. Actualmente escribe para Revista Cultural La Noche y Latin
American Literature Today.
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