Metrópolis es un abismo
"Nosotros no nos realizamos nunca.
Somos un abismo que va hacia otro abismo -un pozo que mira al Cielo."
Letanía; Fernando Pessoa
A pesar de lo que te han contado
el encierro nunca depende de lugares
una prisión se construye con fechas
las cárceles se miden en segundos
yo puedo sentirme atrapado entre flores
y tú puedes decirte libre mientras aún puedas masturbarte a oscuras
no pienso que la vida sea un rompecabezas
pero mientras más fragmentos y cortes veo entre los juegos
me doy cuenta de que no se puede vivir sin uno aceptarse cojudo
el mundo nos hace cojudos mientras pensamos que no lo somos
y el primer paso para ver la realidad propiamente
es creer con firmeza en que uno es libre en encierros
y es prisionero también de una libertad que se nos muestra
tal como la vimos en la TV
Mientras aprovechemos el cine para los besos, los terrenos baldíos para un rápido episodio sexual
mientras sonriamos sólo para las fotos y bailemos sólo cuando ponen esa canción deseada
mientras nos enamoremos por internet y nos suicidemos por un mensaje de texto
seguiremos siendo unos pendejos taciturnos y miopes
seguros de nosotros mismos por tener un control remoto
u orgullosos por llevar una camiseta hecha de material reciclado
pero si en vez de eso, aceptamos la pendejada como un credo irrevocable
nos será más fácil digerir el mal trago
de esta realidad repetitiva e irresoluta
Pero estoy volando muy alto, de antemano sabemos que no lo aceptaremos
porque el orgullo del hombre es lo que nos motiva como especie
ese orgullo que nos hace usar la palabra “superiores” como onomástico
ese orgullo que nos hace ser buenos samaritanos para contarlo al que no lo vio
ese orgullo que nos atrapa en el libre albedrío y nos libera en un claustro mental
ese orgullo que nos hace creer que escribimos poesía
Panóptico
Camino por las noches desde un encierro que se calibra con promesas de libertad
las palabras que pronuncio con mis pasos no aparecen en ningún diccionario
no sé siquiera si pertenecen a este tiempo de reliquias profanas
sólo las reconozco porque cobran sentido cuando se traducen en silencios
Al arquitecto de esta prisión también le importa estar a la moda
y ha mandado a pintar las paredes de un color más comercial
se ha quitado el blanco cárcel y se ha puesto un gris ciudad moderna
tan bien le ha quedado que ahora salimos todos después del alba
y paseamos por cada agujero admirando la luz que reflejan las esquinas
a veces la gente se detiene por horas a contemplar los vacíos
como si esas ausencias fueran mensajes publicitarios sobre épocas mejores
Hacia el centro de esta formación cíclica
están los reductos nocturnos acumulados
como hormigas recogidas en un trapo húmedo
en donde neones y vitrinas se han conjugado
sobre un cuerpo extrañamente femenino
que parece servir de estructura base
y que se presta para una fotografía
Yo soy menos exigente con las calles y los constructos
no he pedido más puentes ni menos puertas que las que nos ofrecen
y pienso que los caminos disponibles son suficientes y bastan
para recorrer de punta a punta esta cárcel de frías verdades
y contemplar el progreso que siempre creímos adecuado
yo me conformo simplemente
con poder seguir caminando
no sea que me quede sentado
o me recueste sobre algún muro
y despierte convertido
en otra parte fotogénica y pintoresca
de esta ciudad que en la mañana
todavía palpita su última estrella
Resultado
Todas las batallas dejan secuelas funestas
son las pugnas las que marcan los inicios
Cuartos vacíos llenos de muerte y putrefacción
se convierten en panoramas explícitos
cuando la guerra ha caducado toda alma
Nos convertimos en esto que somos desde antes de pensar
un extracto de calamidad en el que la Tierra se manifiesta
un conjunto de desgracias organizadas para vivir juntos
en cada esquina de planeta sobre el cual no hemos defecado
Variaciones de este patrón se repiten cada día
pero siempre la rutina nos lleva al cambio de mando
entonces, aquellos que servían se vuelven gendarmes
los muros caen antes que los corazones se dobleguen entre lágrimas
siempre será más fácil crear desde el desecho
así como engañar desde nuestros propios miedos
Si te lo planteas, el concepto de mundo es conciso:
esta realidad es el resultado de muchas armas descartadas después del uso
de muchas edificaciones levantadas sobre escombros y muertes
Podemos preguntarnos muchas cosas sobre las ciudades
es recomendable que no olvidemos que hemos venido del odio
que lo que muchos ven como progreso
otros lo vieron como su perdición
¿Qué es la ciudad sino un cementerio de espadas?
Uróboros
Las cruces que caen del cielo presagian el burdo extinguirse del alba
el poema se convierte en el beso de las flores al caer en el suelo
un niño se transforma en una metáfora de sí mismo
los álbumes de fotos son evidencias del crimen que todos cometen:
la apuesta por perdurar en un universo donde la entropía viene desde dentro
Un vacío que se complementa con el silencio
un vestido que no vive sin una oferta en la tienda
un camino de piedra que resalta cuando causa un accidente
una carestía provocada por la usura y la caridad
Así, poco a poco, en un círculo interminable
nos comemos a nosotros mismos
condenados a sentirnos inadaptados en nuestra propia casa
condenados, irremediablemente
a girar en cualquier dirección mordiéndonos la cola
como el Uróboros
o el logotipo del reciclaje
Anomalía
Frente a la blanca sábana de la distancia
la oscuridad se vuelve más tenue cada vez
la ambivalencia de los seres que perduran
es lento presagio de insospechados lutos
Yo me siento a contemplar las calderas
sobre planchas de madera oxidada por la bruma
sólo espero que mañana los almacenes abran
y la gente pueda seguir comprando las ideas
de necesidades y futuros
Como envidio tanto a ellos como a los mercaderes
porque desde mi puesto no estoy exento del engaño
no habito en un albergue ni en un retiro forzado
y sólo me senté por el cansancio de tanto paseo
Las personas siguen recorriendo la vida
y ya no importa tanto si la fruta viene del campo o del supermercado
lo más importante es que haya donde conseguirla
el futuro es una masa de promesas y decepciones
servidas sobre un mantel que no pertenece a ninguna mesa
Me cubro con la sábana de nuevo
no porque haga frío sino por no estar a gusto
a veces protegerse y esconderse no es la misma cosa
aunque de lejos parezca que nos ocultamos de todo
Y aunque crea que lo mejor es seguir caminado
no importa para qué ni por dónde ni cómo
me sentaré un rato más a ver crecer las manzanas
antes de regresar
inevitablemente
a hacer fila por ellas en el supermercado
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