Poemas de José Molina





y cabalgar al lomo
de la mula blanca

será necesario
en principio

si tu nombre es selva, silvia
o argentina

echar un polvo por descuido
y regresar inmediatamente
a casa para matar a tu marido

para montar al borde de la mula blanca

considerar la auto cesura
para no volarse los dedos de la mano
ni volverse un monaguillo perene

si en realidad uno se plantea
entrar en relación con la mula blanca

bastará
una vasta pantalla de pleonasmos
andar en semicírculos
juntando ochos
arrastrar mareas de corriente
poco cultivadas o
canceladas incluso antes de su arranque

fue primavera en las anchas caderas de mi mula






el efecto de la droga
quedó plasmado
en tu falda levantada
en pleno escenario
carne de tatuajes
que habrán
absorbido todo
hasta la última contracción
de tu caída

boca de jazzista
que confundía
botellas con la
trompeta o con
algún pezón en erección

y tu tristeza
el cebo de una
maraña de cabellos
empantanada por
el plomo y la sangre

el efecto de la droga
clínicamente significa
no dejarse consumir
por el sabor de la victoria







también esta noche pasará
quizá no haya tiempo
para redactar un cancionero
ni discutir de las elevaciones
que tanto tiempo nos han quitado

también esta noche será ocaso
una lluvia fresca de mar
regaría nuestras ventanas
en el exilio perpetuo de nuestros
pasos

también el diluvio esta noche
cubrirá los tímpanos
beberemos las pozas del terror
de las fosas comunes del resentimiento

carcajear será una orquesta desprevenida
silbar el silencio
de impresiones anegadas

cada verbo será un escudo en la frontera

y no vendrá vacío el ritmo del recuento






chambre de bonne
mi marca es el desprecio
nací oprimida de una falda
que a su vez se oprimía a
sí misma

como una boa indefensa
aprendí a picar por deporte
me encontré la llaga
entre las piernas y comencé
a mojar y a corroer sus
más fantásticas proezas

vivo a costa de todo

la renuncia me parece el
principio más creativo

he renunciado al sol y a
las plazas con multitudes

mi existencia es la renuncia al sabor
soy el ser que no habita
esta pieza oscura y vacía

las cortinas me han llegado a excitar
como una magdalena en pleno duelo

miro los trozos de pan regados
por un ausente
un periplo incrustado en la
inmundicia de lo externo

afuera hay ruido
yo permanezco callada







brasil fue sólo una manera
de travestirnos en tu nombre:

ojo de buey

mulatas comiendo pan de queso
macoñero y shapado
el cristo urubu

usted abusó y
tiró partido de mí
abusó

pa la señora lambidiña
porque no pescó nada

académica de primer grado
citada con la autoridad de un convento
abandonado

vivimos el teatro de lo pobre
pasamos fierro por las calles
juntamos diez palos
para las muchachas de programa

meninas todas boas

vas a llevar, quieres ver
su vagabunda
calle la boca cafalleste

pues no, la señora, está engañada






mejor no le creas a las palabras
cuando el poema diga
estoy triste o
yo no soy nadie
o te convenza hablando del
odio de dios

pura perorata pajera a la hora del té

no te fíes de la historia
la narración es apenas
una parte muy pequeña

suéltala
que se abra
nunca nos trajo nada bueno

pon oído a lo inesperado
lo más ridículo
lo atroz

hay una rumba interna
donde vive un idiota
entre el sonido y la furia

mira, observa estas palabras
son -- idos

ves cómo manchan la mañana?





José Molina. Nació en Salamanca, Guanajuato en 1975. Es licenciado en literatura latinoamericana por la Universidad Iberoamericana y cursó la maestría en estudios portugueses en la Universidad de Massachusetts-Dartmouth. Ha traducido al español poemas y ensayos de escritores como Gilberto Freyre, Haroldo de Campos, Sebastião Uchoa Leite, Herberto Helder, Hilde Domin y Marco Ercolani, entre otros. Ha sido editor del suplemento literario Letra Viva del diario El Imparcial de Oaxaca y la revista Torre de Papel de la Universidad de Iowa. Ha impartido talleres literarios en la Biblioteca Andrés Henestrosa desde su fundación. Sus primeros poemas fueron publicados en la revista El poeta y su trabajo en el año 2003 siguiendo la publicación de las plaquetas Azar y Kalgari en el 2004. Su trabajo fue incluido en la antología Malditos latinos, malditos sudadas: poesía iberoamericana made in the USA (El billar de Lucrecia, 2009) y en Santiago de Chile se publicó una selección de Juno desierta + rápame (Libros del perro negro, 2011).


Publicar un comentario

0 Comentarios