y cabalgar al lomo
de la mula blanca
será necesario
en principio
si tu nombre es selva, silvia
o argentina
echar un polvo por descuido
y regresar inmediatamente
a casa para matar a tu marido
para montar al borde de la mula blanca
considerar la auto cesura
para no volarse los dedos de la mano
ni volverse un monaguillo perene
si en realidad uno se plantea
entrar en relación con la mula blanca
bastará
una vasta pantalla de pleonasmos
andar en semicírculos
juntando ochos
arrastrar mareas de corriente
poco cultivadas o
canceladas incluso antes de su arranque
fue primavera en las anchas caderas de mi mula
el efecto de la droga
quedó plasmado
en tu falda levantada
en pleno escenario
carne de tatuajes
que habrán
absorbido todo
hasta la última contracción
de tu caída
boca de jazzista
que confundía
botellas con la
trompeta o con
algún pezón en erección
y tu tristeza
el cebo de una
maraña de cabellos
empantanada por
el plomo y la sangre
el efecto de la droga
clínicamente significa
no dejarse consumir
por el sabor de la victoria
también esta noche pasará
quizá no haya tiempo
para redactar un cancionero
ni discutir de las elevaciones
que tanto tiempo nos han quitado
también esta noche será ocaso
una lluvia fresca de mar
regaría nuestras ventanas
en el exilio perpetuo de nuestros
pasos
también el diluvio esta noche
cubrirá los tímpanos
beberemos las pozas del terror
de las fosas comunes del resentimiento
carcajear será una orquesta desprevenida
silbar el silencio
de impresiones anegadas
cada verbo será un escudo en la frontera
y no vendrá vacío el ritmo del recuento
chambre de bonne
mi marca es el desprecio
nací oprimida de una falda
que a su vez se oprimía a
sí misma
como una boa indefensa
aprendí a picar por deporte
me encontré la llaga
entre las piernas y comencé
a mojar y a corroer sus
más fantásticas proezas
vivo a costa de todo
la renuncia me parece el
principio más creativo
he renunciado al sol y a
las plazas con multitudes
mi existencia es la renuncia al sabor
soy el ser que no habita
esta pieza oscura y vacía
las cortinas me han llegado a excitar
como una magdalena en pleno duelo
miro los trozos de pan regados
por un ausente
un periplo incrustado en la
inmundicia de lo externo
afuera hay ruido
yo permanezco callada
brasil fue sólo una manera
de travestirnos en tu nombre:
ojo de buey
mulatas comiendo pan de queso
macoñero y shapado
el cristo urubu
usted abusó y
tiró partido de mí
abusó
pa la señora lambidiña
porque no pescó nada
académica de primer grado
citada con la autoridad de un convento
abandonado
vivimos el teatro de lo pobre
pasamos fierro por las calles
juntamos diez palos
para las muchachas de programa
meninas todas boas
vas a llevar, quieres ver
su vagabunda
calle la boca cafalleste
pues no, la señora, está engañada
mejor no le creas a las palabras
cuando el poema diga
estoy triste o
yo no soy nadie
o te convenza hablando del
odio de dios
pura perorata pajera a la hora del té
no te fíes de la historia
la narración es apenas
una parte muy pequeña
suéltala
que se abra
nunca nos trajo nada bueno
pon oído a lo inesperado
lo más ridículo
lo atroz
hay una rumba interna
donde vive un idiota
entre el sonido y la furia
mira, observa estas palabras
son -- idos
ves cómo manchan la mañana?
José Molina. Nació en Salamanca, Guanajuato en 1975. Es licenciado en literatura latinoamericana por la Universidad Iberoamericana y cursó la maestría en estudios portugueses en la Universidad de Massachusetts-Dartmouth. Ha traducido al español poemas y ensayos de escritores como Gilberto Freyre, Haroldo de Campos, Sebastião Uchoa Leite, Herberto Helder, Hilde Domin y Marco Ercolani, entre otros. Ha sido editor del suplemento literario Letra Viva del diario El Imparcial de Oaxaca y la revista Torre de Papel de la Universidad de Iowa. Ha impartido talleres literarios en la Biblioteca Andrés Henestrosa desde su fundación. Sus primeros poemas fueron publicados en la revista El poeta y su trabajo en el año 2003 siguiendo la publicación de las plaquetas Azar y Kalgari en el 2004. Su trabajo fue incluido en la antología Malditos latinos, malditos sudadas: poesía iberoamericana made in the USA (El billar de Lucrecia, 2009) y en Santiago de Chile se publicó una selección de Juno desierta + rápame (Libros del perro negro, 2011).
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