Poemas de Edwin Solano Reyes





Extraídos de Expedición para cazar fantasmas 



ESTE ES UN VERSO

(El poema repetido)

Este es un verso
y este es otro verso
y esta es una estrofa de tres versos. 

Este verso inicia esta estrofa
que ahora tiene dos versos
y termina teniendo tres. 

Este es el verso primero de la tercera estrofa
que no es segundo de nadie 
más que de este tercero.





NO SABE SI AL MORIR PODRÁ LLEGAR AL LUGAR

(Fondo y forma)

No sabe si al morir podrá llegar al lugar,
su lugar; si entonces todavía existe
su lugar, y muerto pueda doblar sus pies
en posición de llegada. No sabe todo esto
y más. Desconoce esta incertidumbre
suya, por ambos lados: doblemente.
Y no puede decirla, ni arrastrar
la expresión con que hace seña
a su plural desencuentro. Varias veces
ignora cada ingrediente de esta frase
y dice lo contrario para que las palabras
de revés lo persigan. Y al fin,
dispongan una pared de brumas contra el cielo.






MIRA: NO PESQUES EN LA MENTE

(Área mental protegida)

Mira: no pesques en la mente. 
Los pensamientos son un pescado escurridizo
y a veces se resbalan. No trates 
con recuerdos, que se enredan
de a tres y hacen que pierdas el hilo
de pescar, el equilibrio. Ya te ha pasado:
que te hundes y tienes que bracear,
abrir los ojos. No seas de los que intentan
pescar en mar revuelto. Mantén tu orilla 
hasta que nada se oiga ni sea visto.






INSTRUCCIONES PARA ABANDONAR UNA CONVERSACIÓN

1.

Si dejas entrar la oscuridad por una puerta, se borra la puerta.

2.

Una puerta es una puerta en por lo menos dos lugares a la vez. 

3.

Si cierras muy fuerte la primera puerta, no podrás entrar en la segunda.

4.

El umbral de una puerta es generalmente un lugar vacío lleno de espacio. 

5.

Pensar es ir moviéndose de una habitación sin puertas a otra.

INTERMEDIO MUSICAL 

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme.

Basta caminar una cuadra para que termine la lluvia y empiece sobre el aire húmedo a resbalarse el silencio.

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme.

Las últimas gotas resuenan contra el asfalto como las palabras finales de una discusión.

Esa noche iba pensando lejos y la lluvia no pudo mojarme. 

Nadie cree en el silencio de la noche que ha sido interrumpida por la lluvia. 


TAUTOLOGÍA MENTAL

pensamiento 1

Soy un globo subiendo y el miedo no puede detenerme.

pensamiento 2

Veo un globo elevarse frente a mi mirada y al aire convertirse en el peso que la duda ejerce sobre el vacío.

pensamiento 3 

Veo un globo atravesar cierta parte del viento como algo invisiblemente liberado de una carga.

pensamiento 4

Veo un globo continuar la trayectoria que hace el ruido sobre la pizarra negra de la noche.




COMENSALES DE LA OSCURIDAD

¡Oh cucarachas, fieles colaboradoras del desastre,
dispuestas a caminar solo entre escombros!
Al final del concierto, subís al escenario 
a engullir los pedazos casi putrefactos de la música. 
Vosotras sobrevivisteis durante el siglo XX
la era atómica, la guerra fría y la disolución de la URSS
y os impondréis sin dudas a la falta de sentimientos de este tiempo.
De vosotras, viajantes del inframundo,
hemos tomado la costumbre de salir por las noches
en busca de los cuerpos en estado de descomposición
que pululan en las calles.  Tal como vuestras alas, 
somos también incapaces de lentamente pensar cada uno de nuestros pasos. 
Y hasta el gesto impensado de escondernos
cuando alguien pronuncia una palabra que alumbra donde estamos
es vuestra cortesía.




ENCUENTRO CON LOS FANTASMAS

Me auscultan en el pecho y miden mis latidos con un lápiz 
(suena muy bien, muévase un poco hacia la izquierda),
escuchan mi armadura haciendo ruido, atravesada apenas por el viento
(de nuevo, una vez más, ahora este lado),
y el peso de la historia en mi sistema, línea por línea, abrirse paso
(como siempre, perfecto, ese balance),
me registran por pulgas e intenciones
(cuál fue la última vez que tuvo frío) 
se ponen en mi oído y dicen gracias
(recuerda el primer nombre de su perro),
disponen aparatos y establecen la zoología de mi horror,
su gama de colores bien galácticos (desde cuándo le sobra
ese tamaño gris en los talones),
envían astronautas a mi conciencia en busca de señales
y me estrechan la mano fugazmente para darme la vuelta.



HACE FALTA UN PARAGUAS.

Hace mucha falta un paraguas.
Hace falta procurarse un paraguas.
Hace siempre falta tener un paraguas.  
Hace falta salir de casa con un paraguas.
Hace falta imperativamente un paraguas. 
Hace falta esconderse bajo un paraguas.
La tía Marta sale a regar las plantas bajo un paraguas porque llueve.
La tía Marta moja sobre mojado pero no habla porque llueve. 
La tía Marta en silencio riega las plantas porque la cansa esa lluvia que ya no sabe lo que moja ni lo que dice. 
.
De pronto la lluvia siempre al borde. Grita pero la voz se empapa. Sale pero empieza a mojarse. No recibe llamadas cuando se asoma. Sola, desconectada, paralítica. Postrada por la lluvia que suave insiste.



LA INSPIRACIÓN SE HA IDO ACUMULANDO EN ESTA HABITACIÓN CERRADA.

No corras a vestirte y a abandonar la cama. 
El humo es bienvenido en vez de la distancia que propone el detergente y los perfumes traficados. 
Si algo ha de limpiarse, que el agua solo aclare el espacio correcto para encontrar la voz.
Algunos descubrimientos se hacen a estas horas: que el silencio estará lleno de desechos industriales hasta bien entrada la tarde (horario de oficina).
Los enseres domésticos han perdido toda conciencia de clases y rodado hasta los sitios más insospechados. 
Se abre la posibilidad de que esta habitación tenga más de cuatro paredes y tu calzado favorito sea más que un par de zapatos. 
No camines arrastrando los pies que es necesario preservar la negra suciedad del suelo.
Sal por la puerta despacio para que no se escapen ninguna de las palabras.



MIENTRAS COMIENZO A EJECUTAR LA ACCIÓN DE BAÑARME (creo conveniente incluir algunas otras acciones entre paréntesis para facilitar la labor de comprensión de la acción que acabamos de interrumpir, distraer un poco al lector y presentar un panorama múltiple a quienes nos observan de modo que puedan elegir entre distintas posibilidades para construir sus recuerdos) y puedo decir alguna otra cosa sobre la acción de bañarme (y abrir otro paréntesis adecuado a señalar algún hecho expectante antes de que la frase ya sostenida en el vacío prosiga su decurso) y puedo sin más bañarme (aunque de vez en cuando todavía decida colocar rápidamente alguna palabra entre paréntesis) y ya terminada la frase durante la cual me he estado bañando (incluir algún inciso tendente a disolver cualquier malentendido surgido de mi acción anterior) y entonces me hago un té antes de vestirme.





Edwin Solano Reyes. Nació en San Pedro de Macorís, República Dominicana, en 1989. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Obtuvo el XIV Premio de Poesía de la Alianza Cibaeña en 2015 y el Premio de Poesía Joven de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo en 2018. Sus poemas han aparecido en revistas nacionales y extranjeras. Forma parte del colectivo de poetas DOS PESOS DE POESÍA. Ha publicado Coartadas (Ediciones Rumbo Norte, Santo Domingo, 2015; Últimos Monstruos Editores, Santo Domingo, 2018).



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