Entrega Premio a la Trayectoria Poética a Astrid Fugellie [Por Leo Lobos]



Entrega Premio a la Trayectoria Poética a Astrid Fugellie 

Por Leo Lobos

El pasado viernes 18 de mayo 2018, en el marco del “2° Festival de poesía La Chascona 2018” se celebró la entrega del Premio a la Trayectoria Poética Pablo Neruda a Astrid Fugellie. Con un lleno total en el Espacio Estravagario, recibió luego su diploma del Premio a la Trayectoria. Astrid Fugellie Gezan (Punta Arenas, 1949) durante su discurso de agradecimiento señaló que este era “el premio más lindo del mundo”. 

Escrito en el Espacio Cultural Taller Siglo XX Yolanda Hurtado, mayo 2018 

La obra poética de Astrid Fugellie sitúa a la escritora como una de las principales exponentes de la poesía escrita por mujeres en Chile. Junto a Gabriela Mistral, Olga Acevedo, Stella Díaz Varín, Heddy Navarro, Yolanda Lagos, Amanda Labarca, Malú Urriola, Maria Luisa Bombal, Marina Latorre Uribe, Pia Barros, Lila y Teresa Calderón, Ana Partal, Carmen Berenger, Cecilia Casanova, Marta Brunet, Cecilia Palma, Andrea Campos Parra, Eugenia Echeverría entre otras notables y valiosas voces. Astrid nos proponen una mirada de la realidad desde ángulos escriturales que dan cuenta del oficio y de una visión de la historia y la política desde un país subdesarrollado como el nuestro. En la construcción de sus espacios se advierte el claro conocimiento de la poesía universal, sus acentos son cosmopolitas, sin dejar de lado el paisaje local. La escritora Astrid Fugellie (Punta Arenas, 1949). De quien el poeta Aristóteles España (Chiloé 1955, Valparaíso, 2011), nos dice: “Su obra es sobrecogedora, llena de imágenes sensuales que buscan un paraíso perdido en algún lugar de la tierra. Puede ser su lar magallánico o el país de nunca jamás; pero a medida que el lector ingresa a sus túneles donde el habla se transforma en respiración entrecortada, tiene la clara convicción de un ser que no deja espacio para la reflexión sino para el vuelo. Un lenguaje que busca algo, un sueño, una imagen donde el viento del austro juega por las calles de Punta Arenas como si fuera un volantín que escapa de las manos de un niño en esas primaveras llenas de viento o un gato que corre por la avenida Bulnes, la principal arteria de esos confines en el sur del planeta”.

El Premio Nacional de literatura 2002, Volodia Teitelboim (1916-2008) nos comenta sobre nuestra querida y merecida homenajeada: "Astrid es una mujer de pactos secretos, una abarcadora de muchos anchos y misteriosos mundos". Poesía cargada de materias vitales, del mundo cotidiano y, a la vez, capaz de trascender hacia la soledad, el sufrimiento, la muerte, el tiempo que huye de sí mismo y de nuestras manos. En cada nuevo libro Astrid va profundizando claramente sus temas y el hondo y misterioso sentido de la vida. Tal vez el contacto desde los primeros años con las últimas etnias de nuestra tierra más austral, le permitió a Astrid Fugellie, adquirir un especial sentido de la vida y de los seres humanos, de manera que no es difícil percibir una original percepción de lo que consideramos una triada: el cielo, la tierra y los seres humanos, junto con los misteriosos signos que ocultan, que en cada libro va ahondando y descubriendo nuevos misterios, donde su poesía descubre un original sentido de la vida, de los objetos y los seres humanos.  En alguna ocasión Astrid le comentó al profesor y escritor Jaime Valdivieso  de su admiración por el poeta Efraín Barquero, especialmente de su libro, Enjambre, libro que a su vez recoge la herencia de nuestros grandes poetas profundamente vinculados a la tierra, De Rokha, Gabriela Mistral y Pablo Neruda que hoy en la Fundación que lleva su nombre y que tiene por objetivo difundir y preservar su legado poético, artístico y humanista, proponiéndose cultivar y propagar el arte y las letras, así como procurar que todo tipo de público pueda aproximarse y conocer el legado de nuestro Premio Nobel. El trabajo de la Fundación pone gran énfasis en apoyar la creación artística y literaria, en especial de las nuevas generaciones, facilitando sus casas museos para actividades culturales, ofreciendo talleres y entregando premios como este que se entrega a Astrid hoy merecidamente. No existe poesía que se escape de una determinada tradición, de los que abrieron antes el camino de una especial percepción del hombre y de la naturaleza. Y esto se percibe ya en un poema escrito en Punta Arenas en Septiembre de 1973:

                            Hermana / algunas raíces. / Aquellas 
                            que después de la infancia / nos hacen mirar 
                            con los mismos ojos / y tocar / con las mismas manos.

La poesía de Astrid Fugellie quedara como un delicado y profundo testimonio de una vida y de un periodo de nuestra historia, ineludible tanto para el lector de poesía como para el historiador de nuestro espíritu nacional.




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