Cuando los genios se alocan: La obra de Frida Kahlo en el surrealismo como arte experimental



Cuando los genios se alocan: La obra de Frida Kahlo en el surrealismo como arte experimental 

Victoria Livas Salinas


Introducción

Desde la década de los 80 se ha ampliado el concepto de arte experimental y la libertad de esta expresión artística. El arte experimental es el camino a la respuesta de la interrogante: ¿Hasta qué punto se puede seguir haciendo arte con los medios, técnicas y formas de expresión tradicional? Pertenecientes a una cosmovisión patriarcal cientificista en decadencia ante el surgimiento de una nueva cosmovisión y el nuevo pensamiento del siglo. (Ortuño, E. 1998). 
El arte experimental, ligado al surrealismo, nos abre un universo de posibilidades materiales para articular discursos artísticos más ligados a la experiencia real cotidiana rompiendo esquemas.
Rasgos de este estilo de arte se han visto desde  Pablo Picasso y Frida Kahlo, entre otros. Pintores destacados y revolucionarios de la primera mitad del siglo XX. Nos decantaremos en ésta última, cuya pasión y genialidad contribuyeron a la creación de un nuevo e irrepetible estilo.
Aunque el poeta francés, principal fundador y teórico del surrealismo André Breton calificara a la pintora mexicana  Frida Kahlo de surrealista, no fue siguiendo los métodos de esta escuela que ella logró su estilo. Ella  decía no pintar sus sueños, sino su propia realidad impregnada de elementos fantásticos por lo que podemos afirmar que sus obras cumplían con las características para ser catalogada como creadora de un surrealismo hecho para sí misma. En el siguiente artículo definiremos los conceptos “surrealismo”, “arte experimental”, la relación entre ambos para posteriormente analizar el surrealismo en las obras de Kahlo. 
El surrealismo
El concepto surrealismo ya había sido citado por Guillaume Apollinaire en 1917. Sin embargo, Breton aporta un nuevo contenido y un nuevo significado: surréalisme es un término francés compuesto por el prefijo sur y el nombre réalisme. La primera vez que aparece es en el título de la obra de Apollinaire en junio de ese mismo año: “Las tetas de Tiresias. Drama surrealista”.
Su traducción sería algo así como “superrealismo”  “sobre el realismo”. De esa forma querría dar a entender que el arte está más allá de la realidad. De hecho en un principio la traducción española citaba “superrealismo”  “sobrerrealismo”. Hoy día ha permanecido el término “surrealismo” que no se debe confundir con la traducción española “subrealismo”, lo cual distorsionaría completamente el sentido de la palabra.
Considerado uno de los estilos artísticos más representativos del siglo XX, el surrealismo surgió en la década de 1920 en Paris como parte del avance de las vanguardias artísticas que buscaban representar ideales diferentes a los academicistas, quebrando las leyes de la pintura tradicional y logrando por tanto, llamar la atención del espectador de manera directa. En el caso del surrealismo, se puede señalar la presencia de imágenes no realistas y fantásticas, que tenían como objetivo seguir los designios de los sentimientos más que los de la razón. (VANGUARDIAS Y RUPTURAS: BUÑUEL, EL SURREALISMO Y OTRAS ENSOÑACIONES, 2012).
Tal como lo dice su nombre, el surrealismo como vanguardia artística se caracterizó por representar aquello que se observaba en la realidad de manera irreal, absurda o no figurativa. En muchos casos, los cuadros surrealistas no son el producto de la realidad, sino de los sueños y de las ideas no racionales que el artista poseía en su mente al momento de realizar la obra. Las obras no poseen una linealidad gráfica, los espacios están usualmente quebrados, las proporciones de las figuras son reales y los colores en la mayoría de las veces están invertidos.
La sociedad y la política de la época sin duda se relacionan con el desarrollo de esta vanguardia artística ya que la misma se insertó en un periodo histórico de crisis generalizada causada por la guerra y por las diferentes complicaciones económicas y sociales. Esta realidad de desesperanza, temor y desorden tuvo en el surrealismo uno de sus representantes más claros al mostrar estos artistas una realidad de manera diferente. Gracias al trabajo de André Breton y sus posteriores exposiciones, el movimiento se expandió en gran parte de Europa y lo hizo especialmente a nivel filosófico y teórico, llegando a establecer lo que ellos mismos llamaron “La Revolución Surrealista” o la total ausencia de pensamiento lógico y racional.   

Por qué el surrealismo es arte experimental

Una de las múltiples definiciones nos dice que el arte experimental se interesa en la libertad de articular el lenguaje; la expresión de las pinturas, explorar la creatividad y revolucionar el concepto que tenemos en todo lo que defina al arte. Además, el multifacético David Moreyra conocido por su trabajo de productor de música electrónica, guionista, pintor, fotógrafo e incluso realizador de cortos experimentales, señala: “El arte tiene desvíos y callejones sin salida. En el arte podemos perdernos o encontrarnos”.
La mayoría de las personas busca dar un mensaje o moraleja a través de sus obras, dejar alguna enseñanza, a mí no me interesa eso, el mundo está colapsado de mensajes y enseñanzas. Me gusta crear fracciones de mundos inmensos, donde se pueda abrir una puerta a lugares desconocidos, donde el espectador no tenga la obligación de interpretar, donde pueda sentir y dudar. (Jousse, T. 2010).
Haciendo eco de las palabras de Jousse, concluimos que, nos referimos al arte conceptual como la manifestación y desarrollo de nuestra esencia sin restricciones, libre de valor capitalista y accesible a un público con tendencias a lo creativo y artístico sin ser  necesariamente un conocedor del tema.

Frida Kahlo como expositora del surrealismo

Antes de la influencia directa o indirecta del programa de vanguardia europeo, México ya contaba con una serie de artistas cuya obra tenía tendencias similares a las requeridas por el movimiento de 1925. Entre los que se encuentran son Julio Ruelas (1870-1907) que, según declaraciones de Justino Fernández, es anticipador del surrealismo. Su pintura La domadora de 1897 parece ser el punto de coincidencia con el movimiento francés que ocurriría muchas décadas después.
Considerada como una mujer fuera de lo convencional, franca, enferma (a raíz de su accidente que casi le cuesta la vida a consecuencia de una colisión entre el autobús en que viajaba y un tranvía) y apasionada,  Frida Kahlo comenzó a pintar en serio desde su noviazgo y matrimonio con el muralista Diego Rivera y, a más de sesenta años de su fallecimiento, su pintura sigue dando de que hablar.
Profundizando en la temática de la obra de Frida Kahlo (1907-1954)  apreciamos elementos del arte popular mexicano, mitología del país y de la cultura precolombina. Han de entenderse como resúmenes metafóricos de experiencias concretas como por ejemplo, el dolor de su maternidad malograda en Henry Ford Hospital, 1932 y su tristeza y aborrecimiento por la vida en suelo estadounidense en Autorretrato entre la frontera de México y E.U.A.,1932.
Los autorretratos, de cierta manera, fueron terapéuticos para ella y le ayudaron a hacerse una idea de su propia persona e identidad. Aparentemente desnuda sus sentimientos frente al espectador, pero la realidad es que  apenas deja entrever sus estados de ánimo y emociones. Sus ojos cubiertos por sus características cejas oscuras se unen sobre el nacimiento de su nariz como alas de pájaro, impresionan por su expresividad a pesar de su intención ya antes mencionada, de apenas entrever su verdadero ser. También podemos apreciar personajes híbridos (en parte humanos, vegetales o animales como es el caso del Retrato de Luther Burbank, 1931); su fijación por el dolor y la sangre (Recuerdo, 1937); el erotismo subyacente en la mayoría de ellos (Dos desnudos en un bosque, 1939),  el color de fondo de sus cuadros situados en parajes abiertos y desolado (Paisaje, 1946): desconectados de toda actividad y la realidad.
En cuanto al tema del arte popular mexicano, los retratos están impregnados de tradición como esqueletos y calaveritas haciendo alusión al Día de muertos y al renacimiento a través de la muerte por ejemplo, La mesa herida (1940) , Cuatro habitantes de la ciudad de México (1938) y El sueño (1940). Tradiciones que podrían resultar surrealistas para los europeos. 
Los escasos cuadros de Kahlo que salieron a la venta alcanzaron cifras record gracias a coleccionistas apasionados como la cantante y actriz Madonna, y a consecuencia de ello, Frida se situó en las esferas de Picasso y Van Gogh; quienes recordemos, fueron surrealistas (Picasso coincidiendo con Frida en el periodo entre 1925 y 1938 y, el mismo André Breton lo consideró como exponente de dicha corriente; y Van Gogh cuyas características de algunas de sus pinturas como Los girasoles, 1888 se clasificaron surrealistas).
Será en 1938 cuando llegue la oportunidad de Frida para presentar sus cuadros (El corazón, 1937; Mi nacimiento, 1932; El Marco, 1938; Allá cuelga mi vestido, 1933 entre otros) en una exposición: Breton  llegó con su mujer Jacqueline Lamba y César Moro para dar una serie de conferencias patrocinado por el Ministerio Francés de Relaciones Exteriores.
A pesar de haberse considerado a la misma exposición un fracaso, la calificación de los cuadros de Kahlo como “obstétricos” se venden la mitad de los mismos. El verano siguiente, el actor Edward G. Robinson compró cuatro de sus cuadros a $200 dólares cada uno. México, que estaba demasiado pegado a la realista tradición del muralismo y los mitos, consideraban proclive al surrealismo.
Más tarde participó en Exposición Internacional del Surrealismo que se inauguró el 17 de Enero de 1940 en La Principal Galería de Arte Privada en México, a Galería de Arte Mexicano, dirigida por Inés Amor. La contribución de Frida a la exposición fue Las dos Fridas, 1939.
Y finalmente, presentamos la declaración de  Frida Kahlo al historiador de arte Antonio Rodríguez acerca de su asociación a dicha corriente: “Me encantan la sorpresa y lo inesperado. Me gusta ir más allá del realismo. (…) mi pintura refleja estas predilecciones, así como mi estado de ánimo, y sin duda es verdad que mi obra se relaciona de muchas maneras con el surrealismo. No obstante, nunca tuve la intención de crear algo que pudiera considerarse de esta clasificación”. Salber, L. (1997).

Conclusiones

Frida Kahlo (1907-1954) como pintora supo plasmar como nadie, en el surrealismo más realista del arte, la frustración, el sufrimiento y la lucha por la vida. Sin preocuparse en seguir corriente alguna, ella le da una justificación a su pintura y la llama como la realidad de su propio mundo. 
Si bien, muchos de sus trabajos contienen elementos surrealistas y fantásticos fundiéndose. Ella sin atenerse a la representación correcta perspectiva central; entre el mundo conocido, real, visible al objetivo, y el mundo irreal y de fantasía, no hay fronteras en sus retratos.
En sus palabras: “El surrealismo es la mágica sorpresa de encontrar un león dentro de un armario, donde se está seguro de encontrar camisas”.

Referencias:
Breton, A. (1965). El surrealismo en la pintura.
Cine Toma. Revista mexicana de cine. VANGUARDIAS Y RUPTURAS: BUÑUEL, EL SURREALISMO Y OTRAS ENSOÑACIONES. Septiembre 20, 2012.
Cruz Puebla, D. (1996). Surrealismo en México. Revista de Revistas. Publicaciones Excelsior.
Hare-Crosson, E. (1996). Desde el cubismo al surrealismo.
Herrera, H. (1994). Frida Kahlo: Las pinturas. México: Diana.
Jousse, T. (2010). Maestros del cine: David Lynch. Introducciones indispensables de la obra de los mejores directores internacionales. Editorial: Cahiers du cinema.
Kettermann, A. (2002). Kahlo: Dolor y pasión. Colonia Tashen.
Ortuño, E. (1998). Antecedentes y apuntes sobre el arte experimental. Revista Ciencia y Cultura. Versión impresa ISSN 2077-3323 Rev Cien Cult n.4 La Paz.
Ungaru, S y Sanyó. Surrealismo para principiantes.


Carmen Victoria Livas Salinas 
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San Nicolás de los Garza, Nuevo León
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