-Nocturno
Blanco-
Un poema de Stefan Tsanev
(Traducción de Arturo
Hernández)
Nieve, nieve… Silencio como de
hojas de aluminio.
El horizonte es simplemente una luna circular y blanca.
Los caminos son blancos. El aire es blanco.
Los árboles se disciernen con dificultad
como las barbas de los santos en antiguos frescos
salpicados por la cal de barbados barbaros.
El horizonte es simplemente una luna circular y blanca.
Los caminos son blancos. El aire es blanco.
Los árboles se disciernen con dificultad
como las barbas de los santos en antiguos frescos
salpicados por la cal de barbados barbaros.
Estoy callado y aún hay mucho que
decir.
Mucho que nos consume. Estamos callados.
Las cartas son obituarios de nuestros sentimientos.
¿Qué es un “te amo” en siete días
o “estoy triste” en siete días
o “Buenas noches” en siete días?
Mucho que nos consume. Estamos callados.
Las cartas son obituarios de nuestros sentimientos.
¿Qué es un “te amo” en siete días
o “estoy triste” en siete días
o “Buenas noches” en siete días?
***
¿Sabes qué es la soledad?
-Es dormir sobre tu propio hombro…
¿Sabes qué es la soledad?
-Es dormir sobre tu propio hombro…
La desesperación siempre llega
demasiado pronto.
Y demasiado pronto es el arribo de la muerte.
Y siempre hay algo que no dijiste del todo.
Y siempre hay algo que no hiciste del todo.
Nieve
Adorable y blanca y silente
Los caminos son blancos. El aire es blanco.
Y siempre hay algo que no exactamente…
Y demasiado pronto es el arribo de la muerte.
Y siempre hay algo que no dijiste del todo.
Y siempre hay algo que no hiciste del todo.
Nieve
Adorable y blanca y silente
Los caminos son blancos. El aire es blanco.
Y siempre hay algo que no exactamente…
***
Nieve, nieve… Cruje el silencio de
aluminio.
Una estrofa de cascos marcha a través de la blanca hoja del invierno.
La banda interpreta el silencio
– la nieve ha detenido los oídos
sobre todos los instrumentos de hojalata.
El tamborilero dibuja un perfil en su tambor,
la nieve lo cubre, el tamborilero bosqueja de nuevo,
la nieve lo vuelve a cubrir.
Una estrofa de cascos marcha a través de la blanca hoja del invierno.
La banda interpreta el silencio
– la nieve ha detenido los oídos
sobre todos los instrumentos de hojalata.
El tamborilero dibuja un perfil en su tambor,
la nieve lo cubre, el tamborilero bosqueja de nuevo,
la nieve lo vuelve a cubrir.
Los ojos blancos de los rifles
apuntan tranquilamente arriba
¡como mendigos ciegos! ¡Oh!
Los soldados marchan, marchan lento y en silencio
ellos se alejan, ellos marchan, ellos se van,
la nieve se los traga como si fuese un papel absorbente.
¡como mendigos ciegos! ¡Oh!
Los soldados marchan, marchan lento y en silencio
ellos se alejan, ellos marchan, ellos se van,
la nieve se los traga como si fuese un papel absorbente.
El pueblo duerme, duermen las
villas más allá de los blancos campos,
los blancos huesos de los padres duermen en algún lugar
y las madres de cabellos blancos duermen también
y a través de las blancas paredes de sus cuartos
caminan los soldados, marchando lenta y silenciosamente,
marchándose, la banda interpreta un silencio…
¡Oh! ¡Soledad… en el nombre de la libertad!
los blancos huesos de los padres duermen en algún lugar
y las madres de cabellos blancos duermen también
y a través de las blancas paredes de sus cuartos
caminan los soldados, marchando lenta y silenciosamente,
marchándose, la banda interpreta un silencio…
¡Oh! ¡Soledad… en el nombre de la libertad!
***
La puerta crujió como si alguien
volviera a casa durante la noche
pero jamás lo hiciera.
volviera a casa durante la noche
pero jamás lo hiciera.
En la mañana, el viento se va
caminando de puntitas.
Yo salgo de mi cuarto de puntitas.
Me coloco una teja sobre la cabeza en vez de un sombrero
y me pongo en una esquina como una vieja estatua:
Estoy en mi propia casa,
Soy mi propio habitante-
Nadie se va,
Nadie viene a casa…
Yo salgo de mi cuarto de puntitas.
Me coloco una teja sobre la cabeza en vez de un sombrero
y me pongo en una esquina como una vieja estatua:
Estoy en mi propia casa,
Soy mi propio habitante-
Nadie se va,
Nadie viene a casa…
***
Buenos días, ciudadanos,
¡Desayunan en pie como estatuas de Policleto!
Por favor, déjenme desayunar con ustedes,
porque como saben, cuando se permanece a solas
uno llega a volverse muy sociable.
¡Desayunan en pie como estatuas de Policleto!
Por favor, déjenme desayunar con ustedes,
porque como saben, cuando se permanece a solas
uno llega a volverse muy sociable.
Me sacudo
en el abismo de las miradas,
¡Listo para sujetarme del aro salvavidas
de cualquier sonrisa! Vengan…
recuesten su cabeza en mi hombro-
como una insignia militar.
No necesito de ninguna otra distinción.
en el abismo de las miradas,
¡Listo para sujetarme del aro salvavidas
de cualquier sonrisa! Vengan…
recuesten su cabeza en mi hombro-
como una insignia militar.
No necesito de ninguna otra distinción.
***
Nieve, nieve… Silencio como de papel aluminio.
El horizonte es simplemente una luna circular y blanca.
Los caminos son blancos. El aire es blanco.
La nieve está cubriendo mis pasos.
¿He caminado o no…?
¿He caminado o no…?
Eso le sucede al tiempo, también.
Los eventos
como aves de rapiña se apresuran sobre nosotros;
las más grandes se aferran a nuestros nombres,
las medianas a nuestras palabras,
las pequeñas se aferran a las semillas de la inercia.
Los sentimientos se tornan blancos al igual que el pensamiento.
Silencio.
Y entonces nos preguntamos:
¿Hemos vivido? ¿O no exactamente?
como aves de rapiña se apresuran sobre nosotros;
las más grandes se aferran a nuestros nombres,
las medianas a nuestras palabras,
las pequeñas se aferran a las semillas de la inercia.
Los sentimientos se tornan blancos al igual que el pensamiento.
Silencio.
Y entonces nos preguntamos:
¿Hemos vivido? ¿O no exactamente?
Arturo
Hernández
(Bogotá D.C, Colombia)
(Bogotá D.C, Colombia)
Escritor, docente,
músico, traductor y poeta colombiano. Fue honrado con el título honorario Embajador de la Palabra (Museo de la
Palabra - Fundación Cesar Egido Serrano, España, 2014). Es posible encontrar reproducciones
de su obra en la Revista Humus de la Universidad La Serena (Chile), en la
Revista Literaria Pluma y Tintero (España), en la Revista literaria La Caída de la Pontificia Universidad
Javeriana (Colombia), en la Revista Demencia (Colombia-México), en la Revista Monolito
(México), en la Revista Cronopio (Colombia), en el Periódico Las2Orillas
(Colombia), en la Revista Gregario del Centro Internacional de Estudios
Literarios (México) y en la Segunda Antología de Poesía de EdicionesDeLetras (2013).
Prologó el libro de poesía Identidad
del poeta y periodista argentino Leandro Murciego, realizó la introducción a la
edición bilingüe de El Cielo Ajedrez y
el prólogo del libro Altar de Luz y Luna
del poeta español Antonio Agudelo. Le han sido realizado numerosas entrevistas,
destacando sus intervenciones en la Feria Internacional del Libro (Colombia),
en la radio argentina para el programa Noche
de Letras 2.0, en la radio estadounidense en Punto y Seguido Radio para el programa Debajo del Sombrero, en la Revista Cinco Centros (México) y en la Fundación Universitaria del Área
Andina (Colombia, 2016). Es autor de los libros Olor a Muerte (2011) y Breviario
de lo Incierto (2017). Es el Director de la Revista Internacional de Cultura
y Artes Noche Laberinto.
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