Seis libros de William Burroughs





Reproduciendo grabaciones de un accidente se puede provocar otro accidente. En 1966 estaba parando en el Hotel Rushmore, 11 Trevor Road, Earl’s Court, y llevamos a cabo un buen número de estas operaciones: grabaciones callejeras, inserciones de otro material, reproducción en las calles… (Recuerdo que puse una de camiones de bomberos y mientras sonaba esta cinta en la calle pasaron camiones de bomberos). Estos experimentos fueron resumidos en «La generación invisible»… (Me pregunto si alguien a excepción de los agentes de la CIA leyó este artículo o pensó en poner estas técnicas en funcionamiento). Cualquiera que lleve a cabo experimentos similares durante un período de tiempo considerable encontrará más coincidencias que las que permite la ley de las probabilidades. La técnica puede ser ampliada registrando imágenes fijas o en movimiento mientras se realizan las grabaciones y más imágenes durante la reproducción. Con frecuencia he observado que esta simple operación —grabar y sacar fotos de algún lugar que uno desearía desacomodar o destruir, luego reproducir las grabaciones y sacar más fotos— causará accidentes, incendios, desplazamientos. Especialmente esto último. El objetivo se traslada. Llevamos a cabo esta operación con el Centro de Cienciología en el 37 de Fitzroy Street. Algunos meses más tarde se mudaron al 68 de Tottenham Court Road, donde fue llevada a cabo una operación similar…
Aquí tenemos un ejemplo de operación llevada a cabo contra el Moka Bar en el 29 de Frith Street, en Londres W1 que comenzó el 3 de agosto de 1972. El motivo de la operación fue una descortesía escandalosa e inmotivada y el cheese cake envenenado…
Ahora enfoquemos al Moka Bar. Grabar. Sacar fotos. Quedarse afuera parado. Dejar que me vean. Adentro les hierve la sangre. El horrible viejo propietario, su mujer con el cabello enrulado y su hijo con la mandíbula colgante, el hombre gruñón del mostrador. Los tengo, y lo saben.
«Ustedes chicos se ganaron una reputación por causar problemas. Bueno, salgan y hagan algunos. Interpreten un escándalo para la cámara y llamaré a un Bobby. Tengo derecho a hacer lo que quiera en la vía pública».
Si eso pasara, le explicaría al policía que estaba haciendo grabaciones callejeras y un documental sobre el Soho. Éste es después de todo uno de los primeros bares de café expresso de Londres, ¿no? Les estaba haciendo un favor. No podrían decir lo que ambos sabíamos sin hacer el ridículo…
«Ã‰l no está haciendo ningún documental. Está intentando hacer estallar la máquina de café, generar un incendio en la cocina, iniciar peleas, conseguirnos una citación del Comité de Salud».


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