Poesía de Luis Hernández Camarero





I - COMO CUANDO VIVÍAS

Como cuando vivías
cantarás.
Aunque no vuelvas.


II - AHORA QUE NO VUELVES,

Ahora que no vuelves,
Charlie Melnik,
mi viejo, mi antiguo
compañero;
cuando ni la marea más alta
cubre esta sombra
de pena.
Ahora que no regresas
los caminos cerrados, old cap,
los caminos cerrados.


III - QUIÉN, QUÉ LLUVIA

Quién, qué lluvia
hará surgir el día.
Ahora que no regresas
desde tu noche perfecta.


IV - QUÉ POCO ENCUENTRO AHORA

Qué poco encuentro ahora
de tus cantos
en la fuente cegada
del océano;
lo que entonces cantabas:
lluvia viril tu voz



VI - LA CANCION DE CHARLIE

1.
Puedo llegar al mar
con la sola alegría
de mis cantos.

2.
Mi voz altísima
en los bosques:
las hojas intrincadas,
la fronda de las cañas
derribando
la yerta soledad
de las ciudades.

3.
¡Sólo el hondo sentido
del estío!
Mi sombra triste,
mis manos que rebalsan
el reflejo incesante
de las olas
y el sonido sin paz
de los naufragios
acudiendo
al dolor de mis canciones.



I - LOS SIGNOS DEL ZODIACO

GÉMINIS

Es extraña nuestra canción. Es demasiado triste y antiguo lo que
cantamos. Nuestra canción no nos pertenece. Y si se nos oye en las noches, en las ferias, es porque no somos ajenos al cansancio y la gloria, porque la paz que encontramos alcanzará a cubrir por un día el deseo. Hemos llamado en ayuda a la fatiga. Hemos subido los muros. Hemos dejado en casa al hermano, al mismo hermano que guarda -quizá sea
que volvamos- el gastado cuaderno de sus labios.
Hemos ascendido los mares, uno a uno llegado. Y es que Nave, lo más
Sur y vencido, nos guarda. Y tal vez este juego que inventamos, este
juego en que ardemos confundidos, ha venido de sus manos a las nuestras.
Y en nuestro corazón, que jamás fue duro, es poniente ahora. Porque
pese a que fuimos simples e inalcanzables, hemos sobrevivido al hermano.
Lo hemos dejado, ciego y amargo, en sus viajes no emprendidos:
sólo trazos de los dedos silenciosos sobre el mapa.




SCORPIO

Hacia furia este camino:
Esta calle bajo luna, bajo áspera luna,
Sin esquinas. Los prestigios del agua
Que nos muestra sus lentos pilares derruidos.
Algo recordarás aquí de la canción de la tierra,
De la música girante de la esfera.
Algo recordarás de la majestad de los días perdidos,
De los días atados en las manos, como cintas:
Esto es lo que en la noche se acompaña.
Inimitable es la melodía:
Hacia estanque las tardes que bebimos en las calmas oleosas.
Hacia furia conduce esta canción,
Aunque el dulce Noviembre
Nos derribe en estrellas,
Elevados.


PISCIS

Es el Sur quien nos lleva y nos olvida
Hacia el alba postrera. Sus presagios,
Aprendidos sin miedo en las estrellas,
Son tan sólo la forma como el agua
Centellante ha llegado.




LIBRA

Es noche. Y han llegado,
Venciendo las nubes,
La estrella sutil,
El pérfido planeta
Y la magia
De las regiones áureas.


SAGITARIO

Colmada, conmovida ha quedado la tierra tras tu paso último. Subes:
son sombras las que arrastras en tu ascenso, y no es fácil llegar a sus
designios.
En el pesar del agua entre los rieles, supiste que en las ramas postreras,
donde el sueño y el tedio te elevaron, la caída cansada te aguardaba. No
dudaste ya más, vagaste inmerso por las carpas absurdas. Tu
inocencia, tu inocencia aprendida en los colegios, ineficaz e inerte, hasta
el último día en que agobiado revelaste a tu pena que morías.
Ahora asciendes. Si tu juego y la tarde flotan juntos, sé que existes,
extraño y nunca fuerte, frente a aquello que venga de los astros.



EZRA POUND: CENIZAS Y CILICIO

1.
Tower of Pisa
Alabaster and not ivory. Y eterno,
Para ferias de fascistas
Quien la canta.
Y ebrio ya de belleza y en demencia
(Puede ser que sus ojos sean nuestros)
Rojo mar y el adriático crepúsculo
Y dos guerras herrumbradas en su frente:
Frente a la lívida amenaza de la historia:
Ezra Pound,
Ezra
Y su ejército perenne en pie
De muerte.
Torre de Pisa
Et cinis et cilicium.

2.
Ezra:
Sé que si llegaras a mi barrio
Los muchachos dirían en la esquina:
Qué tal viejo, che' su madre,
Y yo habría de volver a ser el muerto
Que a tu sombra escribiera salmodiando
Unas frases ideales a mi oboe.
El milagro se oculta entre lo oscuro
Donde olvido y memoria son tan sólo
Los reflejos de lo áspero y amado,
La ilusion que ha surgido de enebro
Duramente recuerdo tus poemas,
Viejo fioca,
Mi amigo inconfesable.





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