Poesía de Egon Schiele





AUTORRETRATO

Yo soy todo a la vez,
pero nunca lo haré todo al mismo tiempo.






AUTORRETRATO


Un eterno estado de sueño
pleno del más delicioso exceso de vida -
sin tregua, - ungido de dolor existencial, en el alma. -
Llamea, arde, crece y se hace lucha, -
espasmo en el corazón.
Sopesar - y, locamente, se agita con un deseo fervoroso.
Impotente es la tortura del pensamiento, vana para alcanzar las ideas. -
Habla la lengua del Creador y ofréndala. -
¡Demonios! ¡Acabad con la violencia! -
Vuestra lengua, - vuestros signos, - vuestro poder.





SOL

Saborea las iluminaciones, huele los blancos balanceos de los vientos,
mira en el universo: sol.
Las estrellas de resplandores-amarillos, míralas, para sentirte bien, para cerrar tus ojos que parpadean.
Mundos cerebrales arrojan sus fulgores en tus órbitas.
Deja temblar tus dedos fervientes, palpa el elemento,
tú que has de buscarte, sediento y titubeante, tú que sentado continuas saltando, tú que tumbado prosigues tu marcha,
tú que sueñas tumbado, tú que velas soñando.
Las fiebres devoran el hambre y la sed y la aversión, y toda la sangre ahí se mezcla.
Padre, tú que a pesar de todo estás bien ahí, ¡mírame, cúbreme.
ofréndame!
Asciende y baja -sin tardanza-al mundo que te rodea.
Extiende ahora tus nobles huesos, préstame un oído conmovido, padre de bellos ojos azules-lívidos.
Esto, padre, es muy real -
¡yo estoy aquí, ante tí!






YO, ETERNO NIÑO

Yo, eterno niño
seguí sin cesar el paso de los caminantes, y no quise estar en ellos, dije; hablé, y no hablé, escuché y quise oirlos más y mejor todavía, y sondear las almas.

Yo, eterno niño,
ofrecí sacrificios a otros, a los que me inspiraban piedad, a los que estaban muy lejos o que no me veían, yo, el “vidente”. Llevé ofrendas, envié ojos y un soplo-temblor hacia ellos, extendí ante ellos caminos su-perables y, -n o hablé. - Pronto, algunos reconocieron la mímica del sondeador de almas, y ya no hicieron preguntas.

Yo, eterno niño,
maldije pronto el dinero, y reí al mismo tiempo que lo cogía llorando, ese tradicional, ese gregario, ese venal dinero-beneficio. Yo veía el dinero como níquel, el níquel como oro, y el dinero y el níquel y todo lo demás, como cantidades inestables y sin valor para mí, no preocupándome, y sin embargo, reiré del dinero-beneficio llorando al mismo tiempo.





HOMBRE DE ESTADO

Para fines útiles,
paredes formando gradas sobre paredes, montañas sobre montañas, uniformemente. -
Perecedera vida, muerte.






RETRATO DE LA MUCHACHA
DE PALIDEZ MORTAL


Una polución de mi amor,
- Sí.
Yo lo amaba todo.
La muchacha vino, yo encontré su rostro, su inconsciente, sus manos de obrera; yo lo amaba todo en ella.
Tenía que plasmarla
porque miraba así y rondaba mis sueños. -
Ahora, ha partido. Ahora, encuentro su cuerpo.






VISIONES

Vi el parque: verde-amarillo, verde-azul, verde-rojo, verde-malva, verde sol y verde-temblor -
y escuché las flores-anaranjadas en floración -
Después, a través de la pared oval del parque escuché a los niños de pies gráciles, niños, moteados de azul, rayados de gris, con mallas rosas.
Los árboles-columnas trazaban justamente líneas hacia la lejanía,
desplomándose sensualmente en su redondez-largor; pensé en mis visiones-retratos pintadas y tuve la impresión
de haber hablado, aunque sólo fuese una vez, con cada una de ellas.






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